El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. | Xoan Rey

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En el PSIB lo tienen claro. «Pedro Sánchez intentará hasta el último momento ser investido y formar Gobierno. Las terceras elecciones serán el último recurso». La opinión de los socialistas baleares es importante porque en estos momentos son uno de los poyos más fuertes con que cuenta el secretario general del PSOE. La jugada es alambicada, «pero podría funcionar». Se trata de conseguir el apoyo del Partit Demòcrata Català (ex Convengència), asumiendo la abstención de Esquerra Republicana. «Así se callaría la boca a los que dicen que que Sánchez gobierna gracias al apoyo de los independentistas catalanes. Tendría un apoyo independentista, es cierto. Pero sólo parcial».

De esta forma, la suma con la que se está trabajando en estos momentos es PSOE-Podemos- PNV-exconvergentes-Coalición Canaria. En total son 170 diputados. Por su parte, la suma de PP más Ciudadanos es 169 escaños. «Los números salen, aunque el equilibrio es complejísimo», afirman fuentes socialistas. De hecho este equilibrio podría romperse por cualquier sitio. Sin embargo, caso de no salir bien la jugada «Sánchez habrá demostrado que lo ha intentado hasta el último momento y que él no es el responsable de las terceras elecciones. Tapa la boca a Mariano».

Lo cierto es que a Rajoy se le complican cada vez más las cosas con la imputación de Rita Barberá. «Tras haber perdido la investidura y con tanto escándalo, no tiene otro remedio que ir a la tercera convocatoria. Ya no podrá culpar a los demás de esta situación límite porque suficiente tendrá con poder explicar todo lo que le está cayendo encima».

De momento, ya nadie oculta las conversaciones que se están llevando a cabo con el partido de Pablo Iglesias, «lo cual quiere decir que los puentes con Ciudadanos se han enfriado muchísimo». El siguiente paso sería convencer al PNV justo después de las elecciones vascas y a Coalición Canaria. «El apoyo de los exconvergentes se da por seguro» y así presentarse ante Ana Pastor y Felipe VI con 170 apoyos, «los mismos que tenía Rajoy hace unas semanas, pero con la abstención de ERC asegurada y en la recámara».