El párroco Gabriel Ferrer, ante la barrera que ha instalado con dinero del Obispado. | Jaume Morey

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Una barrera colocada por el párroco de Son Rapinya, Gabriel Ferrer, en un espacio público frente a la iglesia ha desatado la polémica entre el religioso y la Asociación de Vecinos de la barriada que ya ha presentado una denuncia ante el Ajuntament de Palma.

El abogado de la asociación, Joan Prats, explica que una parte de la plaza Vicari Josep Llinàs está vallada desde hace décadas, cuando el antiguo párroco de Son Rapinya, Francisco Adrover, más conocido por la comunidad como el ‘tío Paco', decidió acotar un espacio de la plaza y convertirlo en un jardín al que podían acceder los feligreses pues siempre ha estado abierto.

Han pasado los años sin problemas hasta que ahora el párroco actual Gabriel Ferrer, que previsiblemente el mes que viene dejará esta parroquia para pasar a ocuparse de la de la Santísima Trinidad, ha decidido que lo mejor para la barriada era colocar una barrera que impida la entrada de coches que habitualmente aparcan, de día y de noche, dentro de esta zona arañada al espacio público.

«No nos parece bien que se cierre un espacio público y por eso lo hemos denunciado ante el Consistorio, que ya ha pasado el tema a la Policía Local, por lo que en breve esperamos la visita de un agente y un celador», explica el abogado. En su opinión, «el párroco quiere hacer en 15 días lo que no ha hecho en los años que ha estado aquí».

Por su parte, el párroco replica que «lo único que he hecho es colocar un barrera para impedir que aparquen coches y evitar así las trifulcas que se producen a menudo entre vecinos y los conductores, porque por esta zona pasean muchas personas mayores y niños».

Hasta el momento ya se ha colocado una barrera frente a la iglesia, que permite el paso de peatones o de una silla de ruedas, y está pendiente de instalarse una segunda ante la rectoría.

Ferrer informa, no obstante, de que los servicios jurídicos del Obispado están estudiando a quien pertenecen realmente esos terrenos, «si concluyen que son de la Iglesia seguiré adelante con los permisos necesarios y si son públicos retiraremos la barrera ya colocada, sin problema», declara.