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El Gobierno ha aprobado este viernes el primer Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) que impone a Aena una senda de reducción de las tarifas aeroportuarias, de un 2,2 % anual en los próximos cinco años, hasta acumular una rebaja de casi un 11 % en 2021.

Esta reducción mejorará la competitividad de los aeropuertos españoles, haciéndolos más atractivos internacionalmente, en un contexto cada vez más dinámico, globalizado y competitivo, ha señalado este viernes el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

El hecho de que el DORA proporcione visibilidad y predictibilidad de las tarifas a cinco años es «esencial para el desarrollo de los planes de negocio de las compañías aéreas y garantía de confianza para los inversores», ha subrayado De la Serna.

Tras recordar que el DORA prevé la congelación de las tasas de Aena hasta el año 2025, ha reconocido que si no se hubiera modificado la ley el escenario actual habría sido totalmente distinto, con subidas de las tasas aeroportuarias de entre un 4 % y un 5 %.

Preguntado por la repercusión que tendrá la bajada de las tasas para los usuarios, De la Serna ha matizado que, desde el punto de vista legal, el Gobierno «no tiene capacidad para entrar en un asunto que es estrictamente privado».

No obstante, ha añadido que «eso no quita que hayamos hecho un llamamiento público», para que, además de mejorar la competitividad del sector aeronáutico, la reducción de las tasas «tenga una repercusión directa sobre el precio del billete, llamamiento que haremos desde Fomento de forma individualizada al conjunto de los operadores y a las diferentes compañías aéreas».

Aparte de fijar la senda tarifaria de Aena, el DORA recoge otras obligaciones del gestor aeroportuario durante un periodo de cinco años como las inversiones que deberá realizar, los niveles de calidad que deben cumplir los aeropuertos y un sistema de incentivos y penalizaciones, en caso de incumplimiento de obligaciones.

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En cuanto a la calidad, obliga a Aena a implantar un plan para garantizar unos estándares «muy exigentes» que se medirán a través de indicadores como la satisfacción percibida por los pasajeros sobre limpieza, comodidad, orientación y atención a personas con movilidad reducida; los tiempos de espera en los puntos de proceso de pasajeros o los de respuesta de reclamaciones, que no podrán superar cinco días.

También se tendrán en cuenta aspectos como la disponibilidad de los equipos en tierra (escaleras o cintas de recogida de equipaje) y en aire, ha explicado el ministro.

De la Serna ha recordado que el transporte aéreo constituye un sector estratégico para España por su papel en la cohesión y conectividad territorial, así como por su impacto en el turismo, que representa en torno al 11 % del PIB nacional, dado que 4 de cada 5 turistas llegan a España en avión, y por garantizar la movilidad de los residentes en los territorios no peninsulares.

El titular de Fomento ha precisado que la revisión a la baja de las tasas aeroportuarias ha sido posible después de que los aeropuertos españoles hayan registrado un récord de 230 millones de pasajeros en 2016, un 11 % más que durante el ejercicio anterior, de los que cerca de 162 millones fueron internacionales, un 12 % más.

A ello ha contribuido la creación en los últimos cuatro años, entre 2012 y 2016, de cerca de 1.900 nuevas rutas.

El crecimiento del tráfico ha sido acompañado de una gestión eficiente mediante la aplicación de políticas de austeridad y control de gasto y reducción de la deuda financiera, y ha asegurado la rentabilidad de la compañía, lo que ha permitido un crecimiento de su beneficio neto de 1.048 millones de euros entre 2011-2015.

El ministro ha resaltado que Aena, que gestiona en España 46 aeropuertos y 2 helipuertos así como 16 en el resto del mundo, es el primer gestor aeroportuario por número de pasajeros.