Tomás Cortés, José Ramón Bauzá y José Carlos Caballero, en el Parc de la Mar. | Teresa Ayuga

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A Bauzá le sentó como un tiro en salvadas sean las partes la filtración de que en los cinco años largos en que fue presidente del PP no pagó ni un céntimo de la cuota de afiliado (36 euros anuales). Se puso como la chimenea de una locomotora a vapor. Y movilizó a su pelotón de choque. Algún colaborador suyo se lanzó sin paracaídas en las Redes para asegurar que tal filtración podía vulnerar la Ley de Protección de Datos (¡nada menos!). La conculcación de este precepto puede conllevar multas de hasta 600.000 euros. ¡Y todo por 36 euros anuales! Estaba rabioso.

Martilleó el móvil y llamó al presi, Miquel Vidal, para protestar contra el cubo de agua fría que le acababan de lanzar. Vidal le respondió que no sabía nada de esta filtración y, fiel a su estilo, intentó apaciguar al galgo de Marratxí, que parecía fuera de sus casillas, como si persiguiese un conejo mecánico en un canódromo. Vidal, esta vez, no consiguió apaciguarlo. El telefonito estuvo a punto de fundirse pegado a la oreja del presidente.

Gente del entorno de Bauzá trata de justificar no pagase la cuota, dejando así de ser ejemplo cuando era el abanderado del partido. La excusa más esparcida es que la militancia de la Part Forana debería ser eximida del pago porque «gastan mucho más dinero en gasolina cuando tienen que acudir a actos del partido en Palma».

Hay muchos comentarios en las filas populares, sobre todo entre los que se oponen al intento de Bauzá para intentar reconquistar la presidencia. «Con el escamoteo de su cuota de afiliado, Joserra ha quedado como un rata. Es compresible que dejen de pagar militantes de base que dan mucho al partido, tienen numerosos gastos familiares y no reciben nada a cambio. Para éstos, todo el apoyo. Pero Bauzá cobraba como president del Govern, como diputado y percibía dietas del partido para sus gastos, además de los jugosos beneficios de la farmacia ¿y se olvida de pagar 36 euros al año? No es serio. Revela la psicología del personaje».

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Pero José Ramón sigue obsesionado en reconquistar la presidencia. Le pone enfermo que Biel Company tenga tanta gente de la Part Forana a su lado. Para taponar esta vía de agua ha lanzado a Tomàs Cortés, antiguo conseller con Matas, y a José Carlos Caballero importado de Madrid por Biel Company cuando estaba al frente de la Conselleria d'Agricultura y Medi Ambient. Caballero procede de ambientes agrícolas madrileños, pero no habla ni una palabra de la lengua propia del Archipiélago, por lo que se da por seguro que el PP de la Part Forana no le reconoce como de su cuerda ideológica. «Haciendo saltar al ruedo un par de resentidos se pierde más de lo que se gana», dicen fuentes del PP.

Pese a ello, Bauzá no desfallece. También le sentó como un balazo que la semana pasada el exdiputado Juan Carlos Grau le pusiera a la altura del betún en las Redes desde Menorca. Por esta isla hermana se comenta que Bauzá también ha presionado a la calle Palau Reial para que expedienten a Grau. «¡Ya está otra vez con los expedientes! No le basta la que armó cuando era el presidente y empapelaba todo lo que se le ponía delante!», comentan en el PP.

La desesperación de José Ramón viene de que «no encuentra apoyos serios. Ve que se va a pegar un castañazo pero se ha lanzado con la bicicleta cuesta para abajo y sin frenos. Por eso va tan desmelenado».

Mientras, Company presenta su candidatura el próximo viernes, día 17. Lo hará en la sede del partido y se espera que su anuncio se produzca en olor a multitud. «Habrá mucho calor forà, y también de Palma», se asegura. A partir del próximo viernes se acabarán las bromas y los histerismos y comenzará la dura pugna a cara descubierta.