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La crisis sigue abierta después de que, ayer, se incorporará Fanny Tur (Eivissa, 1961) al Govern como consellera de Cultura, Transparència i Esports. La idea inicial de celebrar ayer mismo una reunión extraordinaria del Ejecutivo para avanzar los cambios en el organigrama no se concretó. Hay discrepancias sobre si Miquel Gallardo (Més) debe continuar. Gallardo es la apuesta de un sector de Més, concretamente del PSM, para ser director general de Participació i Memòria Democràtica.
Lo que ocurre, según se informó a este diario, es que ni hay acuerdo en Més ni tampoco interesa al PSIB que, el anterior director general de Transparència (que ese era el cargo de Gallardo con Ruth Mateu) siga en el Ejecutivo hasta que no esté garantizado «al cien por cien» que el caso de los contratos le salpicará. En el PSIB no se entiende que si la consellera de Transparència ha asumido responsabilidades, continúe su director general. Además, tampoco Fanny Tur (que ha pedido manos libres) está muy por la labor. Entiende, y también lo consideran así en el PSIB y en el grupo de Més que está más comprometido con este asunto (Fina Santiago, David Abril y Margalida Capellà) que la labor de una dirección general que tiene en su mano el desarrollo de la Ley de la Memoria Democrática tiene que verse hipotecada por el caso de los contratos.
Incomodidad con Abril
Este diario constató ayer que las valoraciones sobre la crisis que hizo el coportavoz de Més, David Abril, en una entrevista que publicaba Ultima Hora el domingo, no habían sentado nada bien en el sector del PSM. Abril aseguraba que «nuestros cargos públicos han bajado la guardia», explicaba que Jaume Garau sabía que no podía «llamar a puertas» reclamando contratos, hacía extensivo su temor a que el gobierno de pactos pudiera ser un paréntesis y revelaba algunos de los contenidos de la negociaciones de 2015.
La suspensión de la reunión que ayer debía celebrar el Govern después de la toma de posesión de Tur, no fue la única novedad de la jornada. También la presidenta Armengol remendó parcialmente el primer discurso que debía pronunciar y optó por improvisar.
La presidenta, que el sábado había explicado en una reunión interna de su partido la importancia de la futura dirección general de Transparència (que pierde Cultura para depender de la Conselleria de Presidència), insistió en este asunto y en proclamar que la «ética» y la toma de decisiones al momento guía a su Govern. Armengol dijo que cuestiones «no deseables» habían conducido al cambio de consellera, si bien subrayó que se ha actuado con rapidez y «firmeza» y elogió «el trabajo, la firmeza y la valentía» de la exconsellera.
Alberto Jarabo (Podemos), por su parte, indicó que todavía tiene muchas dudas, que le parece razonable que se pospongan nombramientos y que antes quiere conocer las explicaciones que Biel Barceló dará en el Parlament. Aseguró que no descartaría pedir su dimisión si lo que dice no le satisface.