Imagen de uno de los autocares que este miércoles han empezado a conectar el aeropuerto con las distintas zonas turísticas de la Isla. | Antoni Agüera

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Los nuevos autobuses de las rutas que unen desde este miércoles el aeropuerto de Palma con los principales núcleos de Mallorca ya están en la carretera. Curiosamente, los primeros usuarios del nuevo servicio de transporte público han sido dos ciudadanos de la isla, según ha destacado el conseller de Mobilitat, Marc Pons, que este miércoles por la mañana ha presentado la iniciativa 'in situ' a los medios de comunicación.

Pons ha reconocido ante los periodistas que con esta apuesta el Govern está aún experimentando, aunque va en la línea de favorecer unas conexiones robustas desde puntos destacados de la geografía mallorquina con nuestra principal puerta de entrada.

El proyecto final incluye cuatro líneas, aunque su arranque será gradual y se ha empezado con dos de ellas: una hasta Peguera, Santa Ponça y Magaluf, y la otra hasta Can Picafort, Platja de Muro y Alcúdia. Ambas cuentan con doce salidas diarias de lunes a domingo.

Junto al representante del ejecutivo se han dado cita portavoces de las empresas concesionarias del servicio, que han recordado que este tiene un precio de entre 5 y 12 euros, dependiendo de la lejanía del destino final. Asimismo, han confirmado que este autobús se mantendrá en la temporada invernal, aunque con una lógica reducción de frecuencias que afecta también a los vuelos.

En su visita, todos han tenido la oportunidad de charlar brevemente con Joel, un joven alemán de 34 años que ha sido uno de los primeros en utilizar esta nueva forma de desplazarse desde Son Sant Joan.

Si bien el chico ha admitido que había consultado previamente la forma de llegar desde el aeródromo a su destino, Peguera, ha sido a su llegada cuando se ha topado con el autobús turístico. Aún así, ha considerado que esta es una forma óptima y barata de desplazarse, en la que tampoco no se invierte un tiempo excesivo, al no hacer el bus demasiadas paradas intermedias entre un punto y otro.

Como curiosidad, apuntar que Joel no ha venido a Mallorca a descansar ni a divertirse, y en cambio explora junto a un socio la posibilidad de abrir una empresa en la isla.

Tras saludarlo, los presentes se han montado en un vehículo en dirección a Calvià, un trayecto que apenas ha sobrepasado los veinte minutos de duración. Allí los han recibido miembros de la corporación municipal, y tras unas breves palabras han emprendido el camino de vuelta hacia el aeropuerto.

Finalmente, cabe hacer mención de que un taxista visiblemente molesto con el servicio de autobús público ha seguido de cerca la intervención del conseller, con la intención de dirigirse a él y expresarle su queja.

Sin embargo, la mediación del servicio de prensa de la conselleria ha evitado males mayores, emplazándolo a expresarse en un foro adecuado, y dejando claro que este tipo de servicio público de transporte por carretera ya es una realidad en la mayoría de ciudades punteras españolas, desde el punto de vista turístico.