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Una tesis doctoral firmada por Rocío Zamanillo y expuesta recientemente en la Universidad de les Illes Balears (UIB) señala que el grado de obesidad y la dieta materna modulan la composición de la leche, lo que a su vez puede influir en la prevención de la obesidad en la descendencia, e identifica nuevas moléculas que pueden tener un papel en la comunicación metabólica entre madre e hijo a través del alimento de los bebés.

Las etapas tempranas del desarrollo, en particular el embarazo y la lactancia, son importantes en la configuración de los sistemas que controlan el peso corporal. Así pues, el aporte de nutrientes y otras moléculas bioactivas que se establece a través de la lactancia materna constituiría un sistema de transmisión de información, desde la madre al hijo, que le posibilitaría un crecimiento adaptado al entorno.

La tesis dirigida por la doctora Francisca Serra y el doctor Andreu Palou, profesores e investigadores del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología (LBNB) de la UIB y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), aporta otro aspecto novedoso más.

Se trata de la determinación de la molécula microARN, presente en la leche, un componente cuya función es todavía bastante desconocida pero que puede desempeñar un papel regulador en el metabolismo del recién nacido.

Los resultados han permitido identificar ciertos componentes presentes en la leche, algunos de los cuales se modulan a través de los alimentos consumidos por la madre, como elementos que pueden contribuir a prevenir la gordura desde la lactancia.

A través de la colaboración desinteresada de madres lactantes, se ha comprobado que existe un elevado porcentaje de ellas que no satisfacen adecuadamente sus requerimientos nutricionales, un hecho que pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo un seguimiento adecuado de la ingesta materna para garantizar un aporte nutricional óptimo al niño o niña.