Tiran las vallas
Pues bien, dichas vallas, están cada dos por tres por los suelos, y algunas lucen ya bastante deterioradas, todo porque alguien –o alguienes– de noche, no solo las tira, sino que rompe los tubos a los que están atadas.
«El ruido que se produce al tirarlas, y más de noche, se siente desde nuestras casas –dice una de las vecinas que se ha reunido para hablarnos del tema–. Y aparte de las molestias que produce, da qué pensar si a veces es que alguien, amparándose en las sombras, quiere entrar en alguno de los inmuebles».
Eso por una parte. Por otra es que por esas calles sigue pasando la gente a su gusto, no haciendo caso de la advertencia de peligro de desprendimientos o derrumbe, y pasando olímpicamente de esa multa que les puede caer.
«Por tanto –dice otro vecino– si las vallas, incluso cuando están por los suelos, impiden la circulación rodada, lo cual perjudica a los comercios de la zona, no así a los viandantes, ¿por qué no se le pregunta al dueño del inmueble que ha ocasionado todo esto, qué piensa hacer con él, si arreglar el deterioro que tiene, tirarlo definitivamente, o dejar que se caiga...? Porque así no podemos estar más tiempo. Porque, repetimos, es un inconveniente y una molestia para los que vivimos en estas calles, y un perjuicio económico para tiendas, comercios y otros establecimientos. Por ello, Cort no nos puede tener así durante más tiempo, sino tomar cartas en el asunto, y poner punto final a esta situación que se está prolongando demasiado».
Resumiendo...
Pues así están las cosas, entre peligros, infracciones y molestias. Una casa con desprendimientos de partes de su fachada, unas barreras que se colocan alrededor de ella para impedir la circulación de todo tipo con el fin de evitar algún accidente originado por algún desprendimiento o derrumbe, lo cual crea molestias a vecinos y comerciantes, y alguien que tira las barreras para que la gente, a pie –que está prohibido según indica el cartel adherido a la barrera– pueda circular por ellas como Pedro por su casa, con el peligro de que se caiga una teja o un trozo de pared. O la casa entera... Porque lo que no pasa en un mes, pasa en un minuto, como demuestra la experiencia.
2 comentarios
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Los turistas tienen la culpa
Pero luego los del Pacte dicen que no es verdad que los barrios de Palma estén abandonados. Que vaya el Sr. Hila, que se haga una foto, que por lo visto es para lo único que sirve, y en dos días asunto arreglado, igual que los problemas de la playa de Palma, que por lo visto es un remanso de paz, sin trileros, prostitutas nigerianas, descuideros y otra fauna que alegra la visita a los turistas.