Francina Armengol y Pedro Sánchez. | Emilio Naranjo - EFE - EFE

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Francina Armengol ya no apoya a Patxi López. Le ha pedido que se retire. De manera implícita, pero clara, se ha pasado al bando de Sánchez. De hecho lo ha estado siempre, aunque con la cabeza escondida. Sólo así se explica que Pedro Sánchez sacase casi mil avales en Balears. A ellos habrá que añadir los 400 largos que Francina logró para López. El pedrismo puede arrasar en el Archipiélago. Después del debate a tres de este lunes, las espadas están más en alto que nunca. Según simpatías, se dividen los que dan ganador a Pedro, a Patxi o a Susana del envite televisado.

Pero hay varios hechos objetivos incuestionables: Pedro ha sabido situarse a la izquierda a Díaz y eso pesa mucho en el voto de la militancia. Otro factor es que ha conseguido que los afiliados comprendan, desde una óptica del PSOE, el gran error de hacer presidente a Rajoy.

Sánchez logró este lunes que Susana calificase al PP de 'tóxico e infame'. Sólo forzar a Díaz a lanzar estos calificativos es un éxito para Sánchez porque, al fin y al cabo Susana, forzó al PSOE a hacer presidente al jefe de una formación que ella reconoce 'tóxica'. Susana se disparó ella misma en el pie al atacar de esta manera al PP para salvar la cara en las primarias. Objetivamente el beneficiario es Sánchez. No hay que olvidar que hace nueve meses fue expulsado de la secretaria general y de Ferraz por los susanistas, que le consideraron acabado. Sin embargo, este lunes volvió a entrar por la puerta grande y con más de 53.000 avales a sus espaldas. Solamente esta entrada torera en la sede de la que fue expulsado por los barones ya es un gran éxito para el sanchismo.

Luego está Patxi López, el sagaz Patxi, que ejerce de hombre bueno cuando en realidad desprende tufo susanista por todos sus poros. Cada voto que arañe es un voto que no va al pedrismo. Fue Patxi quien le 'aconsejó' a Pedro que dejase de ser diputado. Hizo buenismo cuando en realidad pensaba que fuera de la 'pomada' Pedro estaba acabado. Se equivocó. Y ahora Sánchez no se fía de él ni un pelo. Ve al vasco como un submarino del aparato mandón del PSOE andaluz.

En este contexto, Francina se ha desmarcado. Políticamente es tarde para ella. Si se hubiera mantenido fiel a Sánchez durante estos meses y le hubiera ayudado a conseguir apoyos en toda España con el peso que le da ser presidenta balear, ahora Francina estaría mucho mejor situada ganase quien ganase el próximo domingo. Francina no comprendió del todo el gran momento histórico en que se encontraba y el gran salto adelante que habría dado como líder si el próximo domingo gana el sanchismo. Y aunque perdiese, ella ya siempre estaría en primera línea. Aunque, por lo menos, pidiendo a Patxi que se retire, ha logrado in extremis que su tren no descarrile.

En todo caso, el vuelco en el PSOE y en la política española que se producirá si gana Sánchez, es hoy por hoy posible, por mucho que el poderío mediático a las órdenes de Rajoy apueste por Susana. La han convertido en el ala derecha de este partido. Y allí la han dejado crucificada. Por eso Sánchez puede ganar y forzar elecciones generales en pocos meses. La curtida militancia socialista no se deja engañar a fuerza de sermones televisivos de tertulianos derechistas. Puede ocurrir todo lo contrario. Un efecto contraproducente que empieza a tomar fuerza desde este lunes y hasta la cita final del próximo domingo.