Tras el descalabro de Susana Díaz en las primarias socialistas, han entrado en fase de desolación en el parque jurásico del PSOE, con Felipe González a la cabeza; los barones regionales; la gestora y el aparato profesional del partido, que se lanzaron al ruedo como posesos para hacer presidente a Mariano Rajoy.
En las pasadas primarias, toda el ala derecha del PSOE se ha pegado una nata histórica, tal vez sin parangón en la historia de la izquierda europea dadas las condiciones objetivas españolas. A saber: un gobierno de centro derecha en el poder y el grueso del aparato mediático favorables a que el PSOE permitiese que Rajoy volviese a ser investido. Toda el ala derecha socialista puso cuerpo y alma en este empeño para facilitar la «gobernabilidad de España».
Pero a Pedro Sánchez le han bastado dos palabras para acabar con dinosaurios, barones, funcionarios del partido y gestoreros: «¿Lo veis?». Un simple «lo veis» le ha sido suficiente. La victoria de Sánchez es directamente proporcional a la ristra de escándalos que han azotado al PP en estas ultimas semanas. Mientras, el principal beneficiario del arrodillamiento del ala derecha del PSOE, Mariano Rajoy, se ha pasado los días y las semanas y los meses del desfile de gentes de su partido por calabozos, juzgados y prisiones, tirando balones fuera a la par que le metían en el trullo a Nachos González y familiares, o le imputaban a un buen manojo de sus militantes. No ha movido un dedo por ellos mientras con su enchironamiento dejaba en el más espantoso de los ridículos a sus aliados del ala derecha del PSOE. «¿Lo veis? ¿Veis a quien hicieron presidente?».
Ni Lenin en sus años más lúcidos de bolchevique peleón hubiera sido capaz de enhebrar una estrategia como la de Mariano para destrozar al ala derecha del partido socialdemócrata ruso del siglo pasado.
El proceso primario socialista merece pasar a la historia de la ciencia política. A saber: bajada de pantalones socialdemócrata para hacer presidente a un conservador. Y luego este conservador se fuma un puro cuando estalla una nueva ristra-traca de escándalos dentro de su propio partido, con lo cual deja en ridículo a los supuestos 'progres' que le apoyaron, y les pone a los pies de los caballos de sus propias bases, que decidieron humillarles en las urnas.
¿Es un genio Mariano? ¿Es una reencarnación de Molotov infiltrado en las filas de una formación conservadora, a la cual aprovecha para triturar mencheviques? No hay otra explicación. Como decía Marx, las ideas se demuestran en la práctica, lo demás es parloteo escolástico. Y en la práctica Mariano ha dado la victoria al ala izquierda del PSOE, partidaria de pactar con Podemos. Si Rajoy tuviera un diez por ciento de la talla de Adenauer o De Gasperi, si hubiera tenido un mínimo de honestidad intelectual, habría hecho lo imposible para no dejar en ridículo a sus aliados del ala derecha del PSOE, comenzando por sus dinosaurios, que tienen conexión directa con él, hasta justo el día después de que se celebrasen las primarias.
Habría convencido a un par de jueces instructores a que aplazasen la degollina de peperos madrileños hasta después de las primarias porque los perjudicados eran del ala derecha del PSOE. Lo hubiera pedido no por él ni por su partido, sino por los Felipes, Guerras, Zapateros, Rubalcabas, Susanas, Lambanes, Varas y Pages, que lo dieron todo para que Mariano pudiera seguir vivo. Pero no. Los metió a todos en la olla cual hermanos Macabeos. En un golpe maestro leninista, Rajoy se fumó otro puro mientras estallaba la ristra de escándalos. «¿Lo veis? ¡Que explique la gestora porqué ordenó abstención!», gritaba mientras tanto Sánchez.
Mariano no ha felicitado a Pedro por su victoria. ¡Menos mal! Si llega a hacerlo a Felipe González le habría dado un ataque de histeria. Llevaba meses arreándole castañas a Sánchez comprometiendo incluso a la prensa aparentemente 'progre' que controla. ¡Qué ridículo! El ala derecha del PSOE se la ha jugado por Rajoy, y éste les ha pagado consintiendo que estallase otro vals de escandaleras 'peperas' a las puertas de las primarias socialistas.
¡Ni Lenin habría llegado a tal grado de pérfida sutileza política!. Y ahora a esperar lo que viene. Porque a este paso, dentro de un par de años España puede tener un Gobierno PSOE-Podemos, el más izquierdista que se recuerda desde 1936. Cuando llegue el momento, se comprobará el nivel de habilidad leninista que atesora el alma de Mariano. De momento tiene a su partido, el PP, hecho un patatal, y a sus amigos y potenciales aliados del ala derecha del PSOE aplastados, humillados y ofendidos.
Pero eso sí, ha logrado amaestrar a un par de canarios para ir tirando durante un añito mientras todo se hunde a su alrededor. Es un genio. En el Renacimiento no habría sitio para él. Ha logrado hasta lo inimaginable: destrozar al parque jurásico del PSOE y mandarlo al museo de los horrores. Lenin al lado de Mariano era la madre Teresa de Calcuta en silla de ruedas.
¿Se ha hecho leninista Mariano Rajoy?
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Los militantes han votado cegados por el renacido odio guerracivilista que sienten hacia la derecha. Los votantes no son así y Sanchez y Francina lo comprobarán en las urnas.