Imagen del Port de Pollença. | Elena Ballestero

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El Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha propuesto un plan para la sostenibilidad de las pesquerías de fondo en Baleares que propone medidas como reducir el esfuerzo pesquero según el estado de cada población, revisar las tallas mínimas de varias especies y mejorar la conservación de hábitats.

Investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO y AZTI-Tecnalia, en colaboración con expertos de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores y la Dirección General de Pesca y Medio Marino del Govern, han publicado una propuesta de plan para la sostenibilidad de las pesquerías, basada en el conocimiento científico del estado de explotación de los ecosistemas y sus recursos y en simulaciones de estrategias de gestión.

El plan de implementación regional se centra en las principales pesquerías demersales, que son la flota de arrastre y la de artes menores de Baleares, y busca «hacer compatible la sostenibilidad de la pesca con la conservación del medio ambiente marino», ha informado el IEO en un comunicado.

Entre otras medidas, para las pesquerías comerciales propone el «pleno cumplimiento» de la normativa pesquera vigente en cuestiones como la potencia máxima de motor autorizada para las embarcaciones de arrastre (500CV), así como una reducción del esfuerzo pesquero, rebajando el tiempo en el mar en torno a un 20 % en el caso de la pesca de arrastre aunque diferencial según la especie, para garantizar la viabilidad de la industria.

En la pesca de artes menores la propuesta plantea prohibirla en fin de semana (ahora está permitida de lunes a sábado) y una reducción del esfuerzo también diferencial según la especie objetivo y su estado de explotación.

En la pesca recreativa, plantea reducir el número de días de pesca permitidos y las capturas máximas autorizadas, para adecuarlas al aumento del número de practicantes, que calcula en 70 recreativos por cada pescador profesional en las islas.

El control de capturas no declaradas de dentón, cabracho y langosta roja es otra propuesta, así como establecer estrategias de comercialización y promoción en algunas especies ya que la producción pesquera en Baleares constituye solo el 15 % del consumido.

También plantea que se actualicen las tallas mínimas de desembarco para lograr que la mitad de la población llegue a poder reproducirse al menos una vez, y mejorar la conservación de hábitats esenciales para los peces como los fondos de maërl y coralígeno, ampliar o reforzar las zonas vedadas al arrastre y evitar zonas y períodos de especial interés para la puesta.

Otra propuesta es mejorar la selectividad de las artes de pesca y utilizar las que produzcan menos impacto. Una discriminación fiscal positiva para las pesquerías artesanales sostenibles es otra propuesta.

El plan propone también un plan de seguimiento de los resultados de la puesta en práctica de las medidas de gestión propuestas y avanzar hacia una gestión adaptativa del mar y sus recursos.

El responsable del proyecto, Antoni Quetglas, ha señalado que el estudio pretende dar respuesta a uno de los objetivos de la nueva Política Pesquera Común (PPC) de la UE y a los intentos de la Comisión Europea para mejorar el estado de explotación de los recursos vivos y la sostenibilidad futura del sector pesquero.

La UE se ha marcado como objetivo que en 2020 todas las poblaciones de recursos marinos explotados estén en una situación de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), un objetivo especialmente importante en el Mediterráneo, donde el 93 % de los stocks evaluados están sobrexplotados.

La propuesta deriva del proyecto científico MYFISH ('Maximising yield of fisheries while balancing ecosystem, economic and social concerns') financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea.

En Baleares, el estudio lo ha desarrollado el grupo de investigación «Ecosistemas Bentónicos y Recursos Demersales» del IEO durante cuatro años (2012-2016).

Según el estudio, los últimos datos indican que la flota comercial de Baleares la forman 44 arrastreros, 267 embarcaciones de artes menores, 7 cerqueros y 2 palangreros, en los que trabajan 598 pescadores. En cuanto a la pesca recreativa, hay unas 42.000 licencias.

Los desembarcos oficiales de la pesca de arrastre representan una media del 59 % en términos de biomasa y del 64 % en ingresos, respecto a los desembarcos totales de Mallorca entre 2000 y 2014, y han oscilado entre 1.234 y 1.752 toneladas.

Los desembarcos de pesca de artes menores suponen un 20 % de biomasa y un 27 % de ingresos en Mallorca en ese mismo período, con entre 392 y 560 toneladas.