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Varios testigos propuestos por la defensa del profesor de la Universitat de les Illes Balears (UIB) Pablo Vicente Escribá han declarado este miércoles ante el juez Enrique Morell que las donaciones que hicieron a la Fundación Marathon -tras recibir la sustancia con la que investigaba el catedrático- fueron «de forma altruista» y por debajo del coste del producto.

Así ha informado el abogado de Escribá, Santiago Fiol, al finalizar las declaraciones que han tenido lugar a lo largo de esta mañana en el Juzgado de Instrucción número 9 de Palma. Los testigos también han defendido las propiedades curativas del «nutracéutico».

Entre los testigos, una mujer que ha padecido cáncer ha explicado que ha quedado curada y otros han relatado las mejoras que provocó el producto en su salud. Por otro lado, un profesor -director de tesis de Escribá- ha explicado que para determinados tumores la sustancia funciona si bien reconoce que no fue así para el caso de su esposa.

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Con todo, la defensa de Escribá ha considerado que ha «quedado constancia» de que las resonancias que mostraban cómo se habían reducido tumores no habían sido manipuladas con una herramienta informática.

El abogado también confía en que haya quedado acreditado «que nadie ha tomado el medicamento» -defiende que lo que tomaron era un complemento nutricional- y que a estas personas no se les exigió que contribuyeran económicamente a la Fundación Marathon.

«No ha habido engaño ni enriquecimiento, por lo tanto no hay estafa», ha concluido Fiol, que se ha mostrado «optimista» y cree que «poco a poco se irá aclarando» este asunto.