Aina Aguiló. | Amalia Estabén

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Aina dice que no quiere, que está muy a gusto dando clases y que de cara al próximo curso ha conseguido plaza en el colegio de s'Aranjassa. También recita a quien la escucha que lo pasó «muy mal» en el congreso regional del PP dada «la dureza de la batalla que se libró». Pero no se cansa de repetir que «me empujan» y que una plataforma de amigos la «anima» a coger el mando en Palma. Aina Aguiló afila sus armas para presentarse a presidenta del PP Palma el mes que viene. Así de claro. Asegura que hace muchas semanas que no se habla con Bauzá. Y ve «claramente» que Pablo Pascual, el santjoner amigo de Joserra, anda como un pato despistado por Palma intentando ser un candidato marioneta de José Ramón que a nadie convence. «Ni conoce Palma, ni sabe a quién dirigirse».

Por su parte, el objetivo de Aguiló es «unir». Si da de nuevo el salto a la primera línea intentará recoger los pedazos del viejo rodriguismo, ahora desperdigados y chamuscados después del último escándalo, y conjuntarlos con millitancia de base que no sabe a quién acudir. La anima que los resultados de las primarias del congreso regional fueron muy ajustadas en la capital. A Aina Aguiló le falta muy poquito para proclamar que se lanza al ruedo.

Pero en frente tiene al cada vez más potente regionalismo. Sin hacer ruido, Biel Company se está haciendo con las riendas palmesanas. En el PP es un secreto a voces que no puede ver a Aina Aguiló ni en colorines. No aceptará ningún pacto con ella. Ni la más mínima concesión. Su candidata es Marga Durán, que está trabajando de forma incansable. El regionalismo se prepara para controlar Palma de punta a punta y evitar los males del pasado, cuando Rodríguez era un contrapoder intocable e imbatible para la cúpula, fuesen quienes fuesen. Ahora no será así. Company necesita un partido unido y avanzando en la misma dirección de cara a 2019. Y con un fuerte sello regionalista. Sabe que de no actuar con solidez y coherencia el PI de Jaume Font y Antoni Pastor le seguirá quitando votos y condicionando su futuro, sobre todo en la Part Forana. Por tanto, precisa orden en Palma y pondrá toda la carne en el asador para que la victoria de Marga sobre Aina sea contundente.

Pero a Aguiló le va la marcha. Cada vez que pierde se crece. Y es muy posible que esta vez ocurra lo mismo. Al PP le esperan unas nuevas semanas tensas. Eso sí, con Bauzá cada vez más orillado. Nadie cuenta con él. Le quieren lejos, más allá del Paseo del Prado de los madriles, al otro lado del Manzanares, donde no moleste.