El colectivo de senegaleses de Mallorca se manifestó ayer para reclamar condiciones más favorables para la obtención de los permisos de residencia y para que se deje de juzgar a los vendedores ambulantes como delincuentes. | Teresa Ayuga

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Unas 150 personas, en su mayoría senegaleses, se manifestaron este martes en las calles de Palma para exigir una mejora en las condiciones laborales de los vendedores ambulantes y denunciar que la sociedad les trata como si fueran «delincuentes».

La marcha partió desde Plaza España y recorrió la calle Sant Miquel, pasando por Plaza Mayor y calle Colom, y haciendo una pequeña parada en el Ajuntament de Palma. Después, los manifestantes bajaron por la calle Conqueridor hasta la Delegación de Gobierno, donde Cheikh Ngalgou Ndiaye, presidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses en Balears YAPO, leyó el manifiesto delante de todos los asistentes.

La asociación YAPO asegura que «muchos de estos chicos han cotizado durante uno o dos años a la Seguridad Social como autónomos, pese a que la venta ambulante sea una actividad no reglada, y ahora para renovar los papeles se les exigen licencias municipales».

Otro de los aspectos que reclama el colectivo senegalés es «la intervención de la Administración en el desarrollo de políticas y acciones que garanticen la integración social y laboral de los jóvenes senegaleses». Ndiaye afirma que «hay muchos de los jóvenes que están en exclusión social y que son la presa perfecta para las mafias de drogas y venta ilegal. Hacemos un llamamiento a la Conselleria de Asuntos Sociales para que promuevan nuevos mercados para la inserción laboral de los vendedores ambulantes». La manifestación finalizó sin ningún tipo de incidente.