Favorecer la autonomía de los niños para que vayan al colegio, a pie o en bici, es el objetivo de las rutas escolares. | J. TORRES

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Una ciudad más amable, segura y a la medida de los niños. Este es el objetivo que desde el inicio de la legislatura persigue el Ajuntament de Palma. Para ello trabaja en la puesta en marcha de toda una serie de rutas escolares accesibles y para conseguir que las ya existentes sean accesibles al 100 %, explica el regidor de Infraestructures i Accesibilitat, Rodrigo Romero.

Cada ruta escolar parte de un estudio que realizan las áreas de Mobilitat, Educació, Infraestructures, Seguretat Ciutadana e Igualtat para conocer cuáles son los obstáculos que se pueden encontrar los escolares en su camino al colegio. Una vez detectados se solucionan hasta conseguir una camino seguro.

A día de hoy existen cinco rutas escolares que funcionan en Palma: la de s’Arenal (para el CEIP es Tamarells), Son Pisà (CEIP Son Pisà), Son Cotoner (Colegio Santa Magdalena Sofia), Son Gotleu (Corpus Christi, CEIP Gabriel Vallseca, CEIP Joan Capó y CEIP Es Pont) y el camino escolar de Can Capes (Colegio La Milagrosa). En total, suponen más de 7 kilómetros de rutas seguras y accesibles.

Además, en estos momentos se está trabajando en dos caminos escolares más, que sumarán otros 2,1 kilómetros: el de Son Serra (CEIP Son Serra, con 962 metros) y el de Santa Catalina (colegios Mare de Déu de les Escoles Pies, Verge del Carme y Santa Catalina, con 1.206 metros).

El siguiente que se habilitará será el de Son Espanyolet (colegios Mata de Jonc y Sagrat Cor). Y se encuentran en estudio las rutas del Colegio Sant Vicenç de Paül (la Soledat Sur), Colegio Balmes (Pere Garau) y del Colegio Santa Mónica y el CEIP La Soledat (La Soledat Nord).

Para habilitar una ruta escolar se trabaja con la comunidad escolar y la Conselleria d’Educació para estudiar el censo de alumnos del colegio afectado y conocer el recorrido que hacen los escolares para ir al centro. A partir de ahí, cuenta Romero, «si falta un paso de cebra se pone, lo mismo si hace falta un semáforo o se ensanchan aceras en las zonas donde más transitan los alumnos».

También se puede pacificar el tráfico o aumentar la iluminación si se precisa para hacer la ruta lo más segura posible.