Francina Armengol y otros miembros del Govern, en una reunión de la Conferència de Presidents. | Javier Coll

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El Govern abre por fin la puerta al pago de la deuda histórica con los consells y que suma 183 millones de euros, según las primeras estimaciones. Es el pago de las famosas bestretes, anticipos que ha ido dando el Govern balear a los consells mientras aprobaba la ley de financiación específica de estas instituciones.

El problema que tienen los consells es que ya se han gastado ese dinero –que debía estar llegando de manera regular desde el año 2008–, pero no han recibido ni un euro del Govern. No solo no ha llegado el dinero, sino que hasta ahora no existía ningún documento que amparara este pago.

Los Presupuestos de Govern para 2018 rompen esta situación gracias a una enmienda presentada por el PSIB que por fin reconoce que el Ejecutivo tiene una deuda y debe pagarla. La enmienda no fija una cantidad ni un calendario de pagos.

El pago de estos anticipos supone un auténtico problema para el Govern ya que todos los millones que vaya pagando computarán como déficit, hecho que complica su propio examen ante el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro. Esa es una de las razones por las que Govern y consells deben pactar un calendario plurianual de pagos, para que el déficit no compute en un solo ejercicio económico.