Representantes de los sindicatos, partidos políticos y de los pensionistas se concentraron este miércoles para exigir pensiones dignas y animar a la gente a manifestarse. | Pere Bota

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Los jubilados y pensionistas saldrán a la calle el próximo sábado, 17 de marzo, para exigir unas «pensiones dignas» que garanticen el poder adquisitivo de los pensionistas presentes y futuros con subidas acordes al incremento de los precios.

Sindicatos, partidos políticos de izquierdas, la Plataforma de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas de Mallorca y Jubilats per Mallorca realizaron este miércoles un llamamiento a la participación «masiva» de la ciudadanía en las manifestaciones convocadas en Palma, Maó, Ciutadella, Eivissa y Formentera y numerosas ciudades españolas.
Mundita Bustins, secretaria de Formación de la Federación de Pensionistas y Jubilados de UGT, afirmó este miércoles que «estamos luchando por nosotros, pero también por los que vienen detrás, animamos a los jóvenes a participar en las movilizaciones».

Por su parte, el secretario de Juventud de CCOO, Alfredo Gutiérrez, pidió, junto con Bustins, la derogación de la reforma de las pensiones del PP de 2013, su revalorización en función de la subida del IPC y medidas para garantizar el poder adquisitivo de todas las pensiones presentes y futuras. «Hay que derogar la reforma laboral del PP por ser la responsable de salarios bajos que impiden el pago de las pensiones», afirmó Gutiérrez.

«Con una subida del 0,25 % la mayoría de los pensionistas no podemos hacer nada, porque además se han incrementado los precios del alquiler, la luz o el gas», insistió la representante de UGT. Las entidades que convocan las manifestaciones que es organizan en las Islas son Plataforma de Asociaciones de Pensionistas y Jubilados de Mallorca, UGT, CCOO, USO y STEI-i, PSIB-PSOE, Podemos, Més y Esquerra Unida.

El presidente del PP de Balears, Biel Company, aseguró este miércoles, en alusión a la presidenta del Govern, Francina Armengol, que «los que hoy claman que se suban las pensiones son los mismos que en 2011 dejaron España al borde de la quiebra».