Pese a los planes del Govern de cerrar los dos grupos más antiguos de la central térmica de Es Murterar -en la imagen- en 2020, la decisión final está en manos del Gobierno central, que si bien ha manifestado públicamente su apoyo al plan de transición energética del Govern, no se ha acordado el calendario para su cierre. | Efe

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Baleares tiene capacidad para cubrir la demanda energética, incluso en caso de que ésta sea máxima, sin tener en cuenta ninguno de los cuatro grupos de la central térmica de Es Murterar, en Alcúdia, para los próximos cinco años, es decir, hasta el 2023. Así se desprende del informe que elabora Red Eléctrica -compañía que se encarga de la operación del sistema eléctrico y del transporte de electricidad- cada año para analizar la cobertura de la demanda en las Islas para el próximo lustro.

En el citado informe no se tienen en cuenta las energías renovables, cuya implantación aún es incipiente en las Islas. Asimismo, se destaca que no será necesaria la incorporación de nueva generación en el período analizado «gracias principalmente al doble enlace con la Península».

Respecto de Es Murterar, el informe ya no tiene en cuenta los dos grupos de producción más antiguos porque tienen más de 25 años y han finalizado su vida útil. En cuanto a los otros dos, deja de tenerlos en cuenta a partir de 2020, año en que se aplicará la Directiva de Emisiones Industriales, que es un mecanismo regulatorio medioambiental de la UE que define las obligaciones que deben respetar las actividades industriales.

A tenor de este informe, a partir de 2020 la potencia instalada en las Islas es suficiente sin necesidad de recurrir a Es Murterar. Por su parte, el plan de transición energética del Govern prevé que en 2020 dejen de funcionar los dos grupos más antiguos de la central térmica. Sin embargo, el Gobierno central podría retrasar este calendario ya que la decisión final del cierre de Es Murterar está en manos del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, que dirige Álvaro Nadal. En una reunión celebrada en Madrid el pasado 22 de marzo con la presidenta Armengol, se comprometió con el cierre, si bien no fijó ninguna fecha.