La 'Physalia physalis' pertenece, igual que las 'Medusozoa', al filo o grupo biológico 'Cnidaria', pero no es una medusa sino un hidrozoo sifonóforo.
Y es que la medusa posee una estructura similar a una campana con tentáculos y se desplaza sumergida con contraccions rítmicas aprovechando el agua marina como propulsor, mientras que la carabela -también conocida como fragata portuguesa o con el significativo apodo de 'agua mala'-, tiene una especie de vejiga de color violáceo con gas en su interior que le permite flotar en superficie, donde es arrastrada por los vientos o las corrientes marinas.
En algunas zonas de España, como Canarias, aparece generalmente durante los meses de enero y febrero e incluso en marzo, según fuentes del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, empujada por los temporales de la época en el Atlántico.
A primeros de abril, la 'Physalia physalis' llegó a las playas pontevedresas de Sanxenso y O Grove, donde los Servicios de Emergencia locales insistieron a bañistas, surfistas y vecinos en general que evitaran tocarlas incluso si yacían aparentemente muertas sobre la arena. En abril también llegó a Formentera.
El peligro de la carabela reside en los numerosos filamentos saturados de potentes células urticantes que penden de la vejiga, capaces de segregar un veneno que no solo produce un dolor intenso sino que genera consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas.
Con este veneno, paraliza y captura sus presas pero también afecta a los seres humanos, a los que incluso puede llegar a provocar la muerte.
De ahí que los expertos en emergencias adviertan de que no se debe tocar directamente al animal hasta pasadas al menos 48 horas tras su fallecimiento.
En caso de contacto por accidente, recomiendan abandonar el agua de inmediato, lavarse la herida con agua de mar -nunca dulce- o vinagre y sin frotar la herida, retirando con sumo cuidado todo el material azul que pueda dejar sobre la piel y la ropa de baño.
Sin embargo, no es un animal invulnerable: en la naturaleza todas las especies tienen sus depredadores y el enemigo acérrimo de esta criatura son las tortugas marinas, que se alimentan de ella porque son inmunes a su toxina.
1 comentario
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No se porque tanto revuelo con este tema. Cada cierto periodo de años aparecen no 2 ni 3 carabelas sino cientos en nuestra costa balear. Recuerdo hace aproximadamente 6 años hubo una cantidad considerable y no vi los periódicos infestados con esta noticia. Si creo que hay que estar en alerta ya que puede afectar de manera negativa el contacto con este ser vivo, pero sin crear este pánico que están causando los medios mallorquines.