Según ha informado la institución insular en un comunicado, se ha contemplado un almacén temporal de podas y compost, la adecuación temporal de la planta de compostaje de Ariany y la revisión del protocolo de aceptación de FORM.
En el caso de que el incremento de lodos y materia orgánica fuera inalcanzable para las actuales instalaciones y, antes de que se pudieran producir problemas de olores o de salud pública, se ha previsto poder trasladar entre cero y un máximo de 4.000 toneladas de lodos a una planta de Valencia.
En ningún caso, se superaría el 5 por ciento de la generación total de toneladas, que hoy en día se establece en 70.000 toneladas, ha asegurado el Consell. «Evidentemente esta es la última opción, pero por responsabilidad hay que prever una acción de estas características después de ver cómo ha aumentado en los últimos veranos la presión humana sobre Mallorca. Sin embargo, esperamos que las otras medidas del plan de contingencia sean suficientes», ha afirmado la consellera insular de Medio Ambiente, Sandra Espeja.
Además, desde el Consell han recalcado que «a día de hoy sólo hay un digestor los lodos y de materia orgánica». Con la implantación de la recogida de la materia orgánica en muchos de municipios de la isla, esta fracción ha ocupado más espacio en detrimento de los lodos que, por otra parte, crecen de manera importante durante la temporada de verano con la llegada de turistas.
La institución insular ha explicado que este problema se acabará con la puesta en marcha de la segunda fase de la planta de metanización, que incorporará un nuevo digestor que permitirá separar el tratamiento de la materia orgánica de los lodos, obteniendo así un compuesto de mayor calidad.
Finalmente, las obras de esta nueva fase ya están en marcha y se tiene previsto que el próximo verano la planta esté en pleno rendimiento.
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