Hace unos 40 años, Onofre Flexas y Joan Suau compraron el bar Bosch; y 15 años después Flexas se quedó con todo el negocio.
El hijo de Flexas y actual gerente, Onofre Flexas, cuenta que desde entonces han ido cerrando todos los bares emblemáticos de la zona, como el bar Miami y el bar Formentor. Sin embargo, ellos nunca se han planteado cerrar el bar Bosch. «Hemos intentado crecer y modernizarnos sin perder la esencia. El bar Bosch es el punto de encuentro en el centro de Palma», explica.
Desde sus orígenes, han ofrecido a sus clientes sus característicos llonguets. «Hemos tenido épocas en las que era muy difícil encontrar a alguien que nos los hiciera, ya que los llonguets se hacen uno a uno a mano». En el Bosch, los llonguets son conocidos como ‘llagostas' porque un camarero los llamaba así.
Onofre confiesa que uno de los secretos de su éxito es intentar mantener siempre al mismo personal porque «facilita mucho el trato con los clientes»; destaca que tienen tres generaciones entre su clientela. «El bar Bosch es un nexo de unión de muchas familias. Este aspecto sentimental hace que cuides muchos valores». Además, subraya que conviven residentes con turistas, debido a que «el comercio ha crecido mucho en la zona y arrastra a los turistas, pero también intentamos cuidar a nuestros clientes de toda la vida».
Una parte del bar Bosch la han decorado con litografías del libro de firmas, entre las que destacan las de Joan Miró, Miquel Barceló, Joaquín Sabina, Miquel Àngel Nadal… «Se trata de personas relacionadas con la cultura y el deporte que tienen una vinculación con Palma», señala. Respecto a sus clientes ilustres, el gerente recuerda que los artistas del Teatro Principal siempre se paraban a tomar una ‘llagosta'. La Familia Real también está entre su clientela y destaca que «Miró venía todas las tardes a tomar café con leche». Sin embargo, insiste en que dan el mismo trato a todos los clientes, sean conocidos o no.
Aunque ha recibido ofertas para alquilar el bar para grabar series o anuncios, las han rechazado porque quieren que sus clientes de toda la vida puedan ir a su bar cada día; solo cierran en Navidad y Año Nuevo. «La clientela habitual es como de la familia» y no quieren impedir las tertulias. También se conserva casi todo el mobiliario. Como anécdota cuenta que hace cuatro años fue una clienta danesa y les regaló una foto de ella en el bar Bosch en los años 60; ahora la utilizan como imagen del bar.
No quieren perder su esencia, pero se han adaptado a las nuevas tecnologías y cuidan las redes sociales.
16 comentarios
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Yo ligue con una mirada a una señora...amor a la francesa? Me dijo...y yo acepte..todavia lo siento en el alma...y en Toni Tanasi....
También iba mucho y no a tomar café. Un tal Toni begut.
También salen una canción de ossifar. ( por aportar datos)
creo que con este gobierno se les llenara de inmigrantes que es lo unico que va venir a esta isla
4 camareros destacan de los demas, hay alguno q no son muy simpaticos, pero la terraza es unica. Y no tiene color en cualquier sitio de la Ciudad,de todas formas los precios son los mas baratos de la zona, y la cerveza la mejor.
Son mejores los. Amareros q los dueños y que los hijos de lis dueños. ENGREÍDOS
Puede presumir que hace treinta años ya hacía de caja más de cien millones de pesetas de la época, un fortunón, increible. No te digo ahora. Solo espero que hacienda no se duerma y paguéis lo que toca. Si es así bravo por vosotros y por los clientes. Es sitio es único, el servicio es bueno y la calidad precio excelente. Por eso está siempre lleno, por eso su gran éxito desde hace décadas y por eso ha hecho muchos millones de euros de caja, muchos... Enhorabuena
Dicen que de esto se murió el gran artista
Y si Joan Miró viviera ahora no iría a ese lugar.
Joaquin Sabina a es Bosch? y que va prende?.