En la misiva afirman que en el tiempo que han conocido y han estado en contacto con el profesor Francisco J. Ayala, «su comportamiento nunca fue inapropiado». Aseguran también que nunca se han sentido «coaccionadas o acosadas sexualmente». «Muy al contrario, siempre hemos sido tratadas con el máximo respeto, cortesía y educación», insisten.
Las firmantes aseguran que les «preocupa en particular» que no se hayan especificado públicamente los «comentarios y contactos inapropiados», dejando que estos «caigan así en la zona gris de la imaginación». «Dado que legalmente la parte acusada no puede hacerlos públicos, silenciarlos supone un agravio para el profesor Ayala , que lo expone a interpretaciones erróneas y lo deja en un estado de indefensión», aserveran.
Además, las científicas expresan que «es absolutamente necesario que se responda con rapidez y seriedad a cualquier alegación de acoso sexual en cualquier ámbito de la sociedad» pero opinan que las respuestas «deben estar en consonancia con los cargos» y consideran que la UCI «se ha excedido» en las medidas tomadas contra el profesor Francisco J. Ayala.
Las firmantes son Ana Barahona - Universidad Autónoma de México-, Lucrecia Burges - Universitat de les Illes Balears-, Mar Miguel -Universidad de Alcalá-, Ruth García -Universidad Complutense-, Amparo Latorre -Universidad de Valencia-, María Dolores Ochando -Universidad Complutense-, Marta Pascual -Universidad de Barcelona-, Susana Pinar -escritora científica y biógrafa de Francisco J. Ayala-, Amparo Querol -Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, Rosario Rodríguez -Universidad Nacional Autónoma de México-, Cristina Ruiz -Hospital Infanta Leonor-, Rosaura Ruiz - Universidad Autónoma de México-, Edna Suarez -Universidad Autónoma de México y Rosa Tarrio - Universidad Autónoma de Barcelona-.
La Universidad de California Irving (UCI) obligó recientementea dimitir al biólogo español Francisco Ayala de todos sus puestos en el centro, después de que una investigación interna comprobara la veracidad de una serie de demandas de acoso sexual.
La investigación comenzó en noviembre de 2017 y finalizó en mayo de 2018. Durante este periodo fueron entrevistados más de 60 testigos, además de las cuatro denunciantes de la Facultad de Ciencias Biológicas, la profesora Kathleen Treseder; la profesora Jessica Pratt, la vicedecana Benedicte Shipley y la estudiante Michelle Herrera.
El rector de la universidad, Howard Gillman, aplaudió en un comunicado la «valentía» de las denunciantes y se disculpó porque hubieran experimentado un «comportamiento inadecuado» por parte de un miembro de la facultad. Así, señaló que el comportamiento del profesor Ayala «desafió» sus creencias fundamentales y fue «inconsistente» con las políticas de la universidad.
1 comentario
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Primero, Lucrecia no es científica, es una profesora mediocre que su currículum depende en exclusividad de, oh sorpresa, su marido, Cela y Ayala. Segundo, que a ella no le haya pasado (contrariamente a lo que contaba por la UIB) no quiere decir que no le haya pasado a otras. Aunque como ella es muy dada a las acusaciones falsas (presuntamente), es lógico que crea que las demás hacen lo mismo.