La experiencia de veinte adolescentes mallorquines en Reino Unido, donde han pasado las dos últimas semanas aprendiendo el idioma, se convirtió hace 24 horas en una auténtica odisea. | Ana Largo

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La experiencia de veinte adolescentes mallorquines en Reino Unido, donde han pasado las dos últimas semanas aprendiendo el idioma, se convirtió hace 24 horas en una auténtica odisea. Vueling canceló su vuelo con destino a Palma y, sin darles muchas explicaciones, han pasado todo un día atrapados en el aeropuerto de Cardiff. Les acompañaba Marta López Ventayol, una monitora de veinte años que les ha cuidado y protegido en esta 'aventura '. Este miércoles han aterrizado por fin en Son Sant Joan: «Hemos estado en unas condiciones horrorosas», ha asegurado la joven.

Casi una hora antes de que los chicos pisaran la isla, sus padres esperaban noticias junto a las pantallas de la terminal de llegadas. «Les han dejado toda la noche durmiendo en el suelo, sin abrigos, porque ya habían facturado las maletas. Mi hija tiene trece años y me llamaba llorando, que tenía mucho frío. Otro niño que no conocía le pudo dejar una chaqueta. Finalmente, les dejaron en una sala tirados en el suelo, tapados con toallas. Un desastre. Son niños y no lo gestionan igual que un adulto», lamentaba una de las madres.

Lo que peor han llevado las familias es la falta de atención por parte de Vueling. «Es una vergüenza porque no dejan de ser menores y los han tenido allí, dándoles largas y sin comer nada hasta las 12 de la noche, que les dieron una bolsa con un bocadillo y patatillas».

Abrazos para Marta

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Deseando reencontrarse con sus padres ha llegado este grupo de chicos y chicas, de entre 13 y 17 años. Han cruzado la puerta de la terminal emocionados y tras besar y abrazar a sus padres, los abrazos han sido para Marta. La joven monitora ha explicado que Vueling no les daba ningun tipo de solución tras anunciarles que había una avería en el aparato y que se cancelaba el vuelo. «Hemos dormido amontonados todos en una sala de conferencias con el aire acondicionado puesto toda la noche. Ha sido horroroso».

Según la monitora, no les alojaron en ningún hotel porque no había plazas en la ciudad por varios eventos y ellos eran un grupo muy grande. Comparte que muchos de los niños echaban de menos a sus padres y «daba pena verlos así porque era una situación muy desesperada, son muy pequeños».

Los padres aseguran que presentarán una reclamación a la compañía aérea. «Lo que nos ha molestado es que los dejaran tirados, y la monitora ya presentó una reclamación allí».

Ya se encuentran en casa, final de la odisea y de «una experiencia más» para estos chicos. Algunos como Sergio, así se lo han tomado: «Ahora podré decir que he dormido en un aeropuerto».