El Port de Andratx es una de las zonas afectadas por las nuevas limitaciones del Consell de Mallorca.

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El Consell congela de forma indefinida el crecimiento turístico y urbanístico de trece zonas costeras tradicionales de Mallorca ocupadas básicamente por segundas residencias. La institución no autorizará nuevos crecimientos de suelo urbano y urbanizable en estas trece zonas, más allá de la delimitación actual ya definida. El Plan de Intervención en los Ámbitos Turísticos (PIAT) incorpora mapas con cada una de las zonas en las que queda claro que no habrá crecimiento más allá de donde acaba la línea cartográfica.

Lo que hace el PIAT es clasificar trece zonas costeras de Mallorca como zonas residenciales tipo 2, que el plan llama ZR2, destinadas básicamente a viviendas de segunda residencia. Añade que estas zonas «no podrán acoger nuevo suelo urbano o urbanizable de uso residencial, turístico o mixto» que se sitúe fuera de lo que marcan los mapas.

La congelación del crecimiento afecta a los siguientes núcleos tradicionales costeros: Formentor (Pollença), es Barcarès, es Mal Pas y Bonaire (Alcúdia), Son Serra de Marina (Santa Margalida), s’Estanyol, Colònia de Sant Pere y Betlem (Artà), Costa de Canyamel (Capdepera), Costa dels Pins (Son Servera), Cala Murada (Manacor), Cala Llombards y Son Móger (Santanyí), ses Covetes y sa Ràpita (Campos), s’Estanyol, Son Bieló, Cala Pí, es Pas y Vallgornera (Llucmajor), Sol de Mallorca y Nova Santa Ponça (Calvià) y el Port d’Andratx.
Estas limitaciones tienen un efecto colateral importante: se impide la construcción del polémica hotel de sa Ràpita, que originó una importante movilización en contra durante toda la legislatura.

De hecho, lo que se persigue con estas limitaciones es evitar la turistificación de esos núcleos costeros que acogen segundas residencias de ciudadanos de Mallorca en su mayoría. En estas zonas se permite el alquiler vacacional tanto en los edificios unifamiliares como en los plurifamiliares, pero la imposibilidad de que haya nuevo crecimiento hotelero o urbanístico en la zona permitirá conservar la identidad de estos espacios tradicionales, según entiende el Consell de Mallorca. La normativa restrictiva estará en vigor una vez que la apruebe el pleno del Consell, muy probablemente en una sesión que se celebra el viernes de la próxima semana.