Aspecto que ofrecía el templo durante las misa. | Teresa Ayuga

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Una misa solemne oficiada en la tarde de este sábado puso el punto final a las fiestas de Santa Clara celebradas en el monasterio de Palma, situado en pleno barrio de sa Calatrava.

Con el templo abarrotado de fieles, la celebración eucarística fue el broche de unos actos que se iniciaron el pasado jueves en el que las celebraciones religiosas, en las que tuvieron un papel muy activo las monjas del convento de clausura, se combinaron con actos musicales folklóricos, conciertos, cercaviles y el tradicional mercado artesanal que se instala en el patio del monasterio en el que se ofrecen productos elaborados por las propias monjas.