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La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, está preparando la salida gradual a los mercados financieros de las comunidades ya este año y serán Andalucía y Baleares las primeras en recuperar su autonomía financiera, «perdida» durante la crisis económica.

En una entrevista con Efe, Montero ha adelantado que estas dos comunidades se han acogido ya al procedimiento establecido por el Gobierno para la salida gradual a los mercados financieros de las comunidades adheridas a los mecanismos extraordinarios de los fondos de financiación, como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Baleares y Andalucía han presentado su correspondiente solicitud y, según la ministra, se autorizará «de inmediato», porque «hay una suerte de ventana de oportunidad de salir a los mercados en este momento», que podría «no durar mucho» y que hay que aprovechar.
«Es muy importante que las comunidades salgan a los mercados», subraya la ministra, que se queja de que, durante la crisis, «perdieron su autonomía financiera».

Y la perdieron, aduce, porque dependían de los préstamos que le concedía el Gobierno, en donde, aparte de cuestiones distintas, se planteaba «una letra pequeña de condicionalidad» para acceder a esos fondos que implicaba «una renuncia a determinadas competencias autonómicas».

Montero considera que el Gobierno de Mariano Rajoy «hizo del FLA un instrumento no sólo de auxilio, como planteaba, sino, además, de recentralización de competencias que tenían las comunidades».

Por eso, añade, es «muy importante» que las comunidades empiecen «una salida progresiva a los mercados después de siete años», que debe de ser gradual, porque, después de siete años, «no sería razonable que se expusieran de una manera tan brusca, con riesgo de sus finanzas públicas, a salir a los mercados».

Así las cosas, todas las comunidades están planteando salidas parciales, como Andalucía, que ha planteado unos 600 millones de la totalidad del dinero que tiene vinculado al FLA, que son unos 4.000 millones.

Lo importante -insiste- es empezar a salir a los mercados, intentar ver que realmente no hay riesgo, y para eso es importante tener una calificación correcta de las agencias crediticias. «Y esa sólo se tiene si se cumple con los objetivos de estabilidad», apostilla.
Una parte de cumplir el objetivo de estabilidad, que «nadie le ve nunca el beneficio», bromea, es que sirve para que las comunidades recuperen su autonomía financiera, «en vez de andar pidiendo permiso al ministerio para hacer cosas que antes se hacían sin necesidad de que hubiera autorización, para que cada uno pueda desarrollar su política», dentro del marco económico que plantea la UE.

Preguntada sobre la reestructuración de la deuda de las comunidades, Montero subraya que a ella no le gusta hablar ni de quita ni de condonación, que son palabras «disuasorias» que generan «convulsión» en los mercados financieros.

Sí habla, en cambio, de reestructuración de la deuda y «de ver exactamente cómo esa sostenibilidad se puede plantear en el medio plazo» y qué capacidad hay para que cada comunidad «encuentre un lugar más confortable para transitar la deuda».

«La deuda tiene que ser sostenible y estamos empezando a trabajar en la sostenibilidad de la deuda, pero apenas hemos empezado», precisa, y apunta que se han pasado unos «cuatro mil y pico millones» que estaban a corto plazo a medio plazo, que afecta a las autonomías que cada vez que tenían que renovar con las entidades financieras se encontraban con un «verdadero purgatorio».

«Había resistencias al renovar esa deuda, tenían que hacer miles de negociaciones, teníamos que intervenir desde aquí. Creo que el reconocimiento de la realidad en la que nos encontramos tiene que ser una seña de identidad de este Gobierno sin que eso signifique poner en cuestión o en crisis todo lo que se ha hecho anteriormente», dice.