Las playas de Can Pere Antoni y Ciudad Jardín han sido cerradas en varias ocasiones esta temporada con motivo de vertidos. | M. À. Cañellas

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El alcalde de Palma, Antoni Noguera, trata de salir al paso a la lluvia de críticas que su consistorio recibe como consecuencia de los numerosos vertidos que últimamente han obligado a cerrar varias playas de la bahía de Palma. Lo hace mediante la publicación de una carta abierta a la ciudadanía, una comunicación en la que el primer edil de Ciutat ofrece una serie de argumentos para explicar la situación.

«Somos consciente de las molestias (...), pero deben saber que trabajamos de forma intensa para revertir la situación y dar una solución definitiva al déficit histórico de inversiones en materia de saneamiento. Algo debe quedar claro: ahora las cosas se saben porque pasan y sobre todo porque las explicamos. Es un ejercicio de transparencia inédito en nuestra ciudad y no exento de riesgos, pero consideramos que nos fortalece como institución y nos otorga credibilidad ante la ciudadanía. En tiempos del PP, en la pasada legislatura nadie informaba de nada. Aquello de 'ojos no ven, corazón que no siente', debían pensar. Pero la realidad es más terca que todos nosotros, y por eso sabemos que en el año 2012 solo izaron dos banderas rojas, en ambos casos por mala mar, aunque según los registros de Emaya se constataron un total de 14 vertidos. Y esto sólo a modo de ejemplo».

En este documento, de tres páginas, el alcalde explica el procedimiento que se sigue cuando hay un vertido. Primero Emaya comunica al servicio de playas todos los vertidos, ya sean de aguas fecales o mixtas, se analiza el agua y en función del resultado se cataloga como apto o no apto para el baño. Además, se realizan ocho analíticas anuales obligatorias por parte del Govern y quincenales por parte de la administración municipal.

Según Noguera, en la etapa de Mateu Isern al frente del ayuntamiento, no existía coordinación entre la empresa pública y el servicio de playas.

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«No se comunicaban los vertidos ni se cerraban las playas, con todos los peligros que supone jugar con la salud y la seguridad de las personas». En pocas palabras, los populares 'jugaban' con la salud de los palmesanos y de los bañistas en general, según la visión que defiende el alcalde.

Son acusaciones muy gruesas para un gestor público, y Noguera lo sostiene con el número de cierres de las playas. Si entre 2012 y 2014 -bajo el gobierno del PP- se colocaron cinco banderas rojas correspondientes a un total de trece episodios de vertidos más dieciocho días de vertidos consecutivos, en 2015, ya con el gobierno del Pacte de Cort hubo 18 episodios de vertidos y ondearon 19 banderas rojas.

Asimismo, el primer edil remarca que trabajan para mejorar las infraestructuras que permitan reducir los vertidos, no solo por la salud de las personas sino también por el bien del medio marino.

«En diciembre el Consell de Govern aprobó la autorización del gasto de 26 millones para los proyectos más importantes: el colector interceptor y el depósito de retención de agua, que permitirán recoger el agua de lluvia para evitar los vertidos al mar y depurarla», explica.

«Por otra parte, a pesar de que la depuradora del Coll d'en Rabassa ha quedado obsoleta y la nueva infraestructura es urgente, en 2017 se han hecho mejoras en el proceso de depuración del agua con una inversión de 72.000 €, se ha incrementado en un 44 % la cantidad de agua que recibe un tratamiento adicional secundario, que permite una reducción importante de la carga de contaminación vertida al medio. Somos un gobierno que trabaja y lo explica», sentencia el alcalde.