La situación de acoso se produjo en el departamento de Filosofía. | M. À. Cañellas

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Un catedrático y un profesor del departamento de Filosofía de la UIB afrontan una petición de dos años de cárcel por mobbing a una compañera. La acusación particular mantiene que los dos docentes han cometido un delito contra la integridad moral en el ámbito laboral por acosar durante algo más de un año a su compañera con el objetivo de que ésta renunciara a impartir una de las asignaturas de las que estaba encargada.

La situación arranca en torno al año 2014 si bien los hechos de mayor gravedad quedan fijados en la calificación provisional en el año 2016. En ese momento, la víctima acudió a la policía a denunciar. Durante meses había recibido de forma sistemática llamadas anónimas a su teléfono. En paralelo, tanto ella como varios de sus compañeros de departamento comenzaron a recibir anónimos en los que se acusaba a la víctima de diversas irregularidades e incluso se entraba en su vida personal. La profesora aludida sospechaba de sus compañeros y aportó una grabación en la que se aludía a quitarle la asignatura como detonante de la situación. Además, la víctima ha estado dos meses de baja a raíz de la tensión generada por la situación de acoso supuestamente llevada a cabo por sus dos colegas.

El juez instructor de la causa, después de interrogar a los dos acusados -que negaron ser los autores de la campaña de acoso- y a varios miembros más del departamento resolvió el pasado mes de julio que existen indicios suficientes para que la causa llegue a juicio.

La acusación particular que representa a la víctima ha sido la primera en pedir la apertura de vista oral y de cumplir con el trámite de presentación de conclusiones provisionales. El juzgado ha dado ahora traslado a la Fiscalía para que se pronuncie. En todo caso, una acusación particular sería suficiente para llevar a juicio el asunto.

A la vez, la defensa de los dos denunciados ha solicitado al juzgado el archivo al entender que no existen indicios suficientes. Esta petición está pendiente de ser respondida por el juzgado instructor.

En torno a toda esta situación se han producido otras denuncias que han sido archivadas y que dan idea de la tensión en la que vive el departamento. Una de ellas la interpuso otro profesor porque un día su motocicleta apareció con los frenos cortados en el campus. Este hecho fue archivado al no poder descubrirse la identidad del autor del sabotaje.