María de los Ángeles y Stefan (sentados), junto a varios familiares, voluntarios y personal de la unidad.

TW
8

La enfermedad no puede vencer al amor. Esta es la conclusión que transmite el personal del Hospital General que el pasado jueves asistió a la boda de María de los Ángeles y Stefan, un evento que se celebró en la terraza de la Unidad de Cuidados Paliativos en la está ingresada la novia, con la imponente silueta de la Seu al fondo.

María de los Ángeles y Stefan llevan 18 años juntos, pero la novia, divorciada y madre de una hija, había preferido hasta ahora no formalizar la relación, aunque él se lo había pedido en numerosas ocasiones. Fue su hermana quien la convenció para que diera el paso y se casara con Stefan, con quien ha compartido casi dos décadas de vida. Así lo relata Concha Ramírez, trabajadora social de la unidad, la persona que se ha encargado de tramitar los papeles para que esta pareja pudiera contraer matrimonio civil en el hospital. «La boda fue muy emotiva para todos nosotros, el novio no paraba de llorar» explicaba este jueves.

A la ceremonia, oficiada por una jueza y un secretario judicial, asistieron la hija y dos sobrinas de la novia, además de varios voluntarios de la Asociación Dime, expertos en apoyar a los enfermos de cuidados paliativos, y personal de la unidad
«Lo celebramos en la terraza de la unidad, la novia iba vestida muy elegante, la arreglaron su hija y sus sobrinas, y el novio, que es cocinero de profesión, se encargó de traer la comida para la celebración», explica Concha Ramírez. La supervisora de la unidad, Emilia García, autora de la foto que acompaña esta información, reconoció ayer que «fue un momento de mucha emoción, para los novios y su familia, pero también para el personal del hospital» que convive día a día con la enferma. «La celebración en la terraza, con la catedral de fondo, fue muy bonita y emotiva».

La Unidad de Cuidados Paliativos brinda la mejor calidad de vida posible a los pacientes que padecen una enfermedad grave y que, en muchos casos, están en fase terminal.
Esta unidad, que en mayo celebró su quince aniversario, dirigida por el doctor Joan Santamaria, atiende cada año una media de 500 pacientes. «No es la primera boda que celebramos en la unidad, y esperamos que no será la última», apostilla la coordinadora de la unidad.