El baño ha estado prohibido durante algunos días este verano en Ciutat Jardí por vertidos de aguas fecales. | M. À. Cañellas

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Los vertidos de aguas fecales a las playas de Palma no podrán evitarse del todo hasta dentro de cinco años, una situación que se ha repetido este verano sobre todo en las playas de Can Pere Antoni y Ciutat Jardí. Así de contundente se mostró este martes la presidenta de Emaya, Neus Truyol, quien aseguró que «a diferencia del PP, que conocía la situación y no hizo nada, esta legislatura sí estamos iniciando proyectos de inversión muy importantes». Informó de que a mediados de octubre está previsto adjudicar las obras de dos infraestructuras vitales, el colector y el depósito de laminación, que costarán 26 millones y los trabajos durarán unos 22 meses.

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Estas infraestructuras ayudarán a reducir mucho los vertidos al mar, pero no a suprimirlos. «La depuradora actual no tiene suficiente capacidad de absorción por lo que no se podrá garantizar que los días de lluvia asuma toda el agua que le pueda llegar», indicó Truyol. Añadió que, no obstante, al contar para entonces con el depósito de laminación «éste retendrá las aguas con más carga de contaminante y por tanto se vertirán menos contaminantes al mar».

Para lograr la solución definitiva, la responsable municipal, añadió que «también trabajamos para que el Ministerio de Medio Ambiente inicie lo antes posible la construcción de la nueva depuradora del Coll, cuyo proyecto se está redactando».