Según ha informado la Conselleria de Salut en un comunicado, la medida entrará en vigor en 2019 y beneficiará a 190.000 ciudadanos, tal como anunció el martes pasado la presidenta del Govern, Francina Armengol, en el debate del estado de la comunidad.
Para hacer efectiva esta medida, antes es necesario modificar el sistema de receta electrónica e integrarlo en los sistemas informáticos del Servicio de Salud y de las farmacias, un requerimiento técnico en el que los departamentos técnicos del Servicio de Salud ya están trabajando y que hace necesaria la colaboración del Cofib.
Actualmente, los pensionistas que cobran una renta inferior a 18.000 euros al año pagan un 10 % de los medicamentos, con un límite máximo de aportación de 8,23 euros al mes.
Aquellos que cobran entre 18.000 y 100.000 euros pagan también un 10%, pero con un límite mensual de 18,52 euros; y los que superan los 100.000 euros al año pagan el 60%, con un límite de 61,75 euros mensuales.
De enero a junio de 2018, 174.000 pensionistas retiraron algún medicamento o producto sanitario, por un valor total de 78 millones de euros, de los cuales los usuarios pagaron 4,5 millones, es decir, el 5,8% del total.
Con la eliminación del copago, se recupera la gratuidad de los medicamentos para los pensionistas, una condición que perdieron en 2012 con la entrada en vigor del Real decreto 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y la seguridad de sus prestaciones.
Aplicando esta norma, los pensionistas tenían que abonar un porcentaje del precio de venta al público de las medicinas, con un límite mensual establecido según su renta.
Pero a finales de 2016 el Servicio de Salud modificó el sistema de receta electrónica para que los pensionistas dejaran de pagar por encima de los límites de aportación farmacéutica.
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