Antoni Vera y el obispo Sebastià Taltavull presentando las novedades de la Diócesis. | Joan Torres

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Más personas laicas y más mujeres en cargos de poder. Así es la estructura de la Iglesia que el Bisbat de Mallorca quiere para los próximos años. Esta renovación trae un aire fresco a la Diócesis y va en línea con las últimas directrices del papa Francisco. El Bisbat también sopesa la opción de reducir el número de eucaristías y celebraciones para fomentar la unión y la comunidad entre los cristianos.

A este respecto, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, apuntó que «hay muchas parroquias de Mallorca que celebran misas con muy poca gente, y buscamos la manera en la que la gente que está interesada en ir a la Iglesia, lo haga y pueda encontrarse con una comunidad de personas». El obispo aseguró también que «esta novedad forma parte del toque familiar que le queremos dar». Esta iniciativa se estudia a la vez que se sopesa el cierre de algunas parroquias que tienen pocos fieles –citó a modo de ejemplo las de es Capdellà y Galatzó–.

En referencia a la nueva organización, Taltavull explicó ayer que «hay mucha gente a la que no le interesa la nueva línea del papa Francisco, incluso dentro de la Iglesia». En esta línea, el obispo reafirmó su compromiso con el Vaticano y trasladó al Papa su «adhesión» en este respecto.

En cuanto a la nueva organización diocesana, serán 19, incluyendo tres matrimonios, las personas laicas que ocuparán un cargo de relevancia. Según Taltavull, «lo que pueda hacer un laico, no lo hará un capellán», haciendo referencia a su apuesta por los seglares. En cuanto a las personas de dentro del seno de la Iglesia, habrá 18 presbíteros, un diácono y cuatro religiosos. Las mujeres que ocuparán cargos de relevancia ascienden a 11, dos de ellas religiosas, mientras que los hombres siguen ocupando la mayoría de los puestos, con 29.

A pesar de que la estructura siga descompensada en favor de los hombres, las féminas ocupan más cargos de relevancia que en la organización anterior, y el número no es cerrado ya que hay departamentos que aún no han configurado sus equipos.

La nueva estructura pretende reordenar los servicios que oferta la Iglesia. Así, muchas de las cosas que hoy se sitúan en los diferentes departamentos se hacían, pero de manera independiente y sin ningún organigrama. Pero además se han creado nuevos departamentos, como el servicio de acogida, acólitos y lectores, la ONG Justicia i Pau, la formación y acompañamiento de cofradías, o la delegación para el diálogo fe-cultura.