Según han recordado, en noviembre de 2017 un incendio afectó 10 naves industriales del polígono de Marratxí. Las cubiertas de estas naves estaban, la mayoría de ellas, hechas de cemento con amianto, lo que se conoce como fibrocemento.
Así, señalan que desconocen que si en ese momento se hizo alguna medición de la concentración de fibras de amianto en el aire a las que estuvieron expuestos, tanto los trabajadores involucrados en la extinción de incendios, como la población vecina, entre las que se encuentran una escuela y un centro de salud.
Según sospecha el GOB las partículas de amianto -que están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer de pulmón- de las placas de fibrocemento de la cubierta se liberaron al ambiente cuando se desplomó parte de las cubiertas.
De esta manera, la situación en la que se encuentran a día de hoy los restos de las naves industriales quemadas suponen «un peligro constante de emisión de partículas de amianto por deterioro de los materiales incendiados».
Por esto, desde el GOB han reclamado a la Conselleria de Medi Ambiente y la de Salut este verano, sin recibir respuesta, que se facilite información de las medidas que se tomaron en el incendio y que se realice una evaluación del estado actual y que se retiren los restos del incendio, entre otras medidas.
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