Carmen Soler, reelegida presidenta de la ONCE en Baleares, y Josep Vilaseca, como delegado

En un comunicado, han informado de que Soler y Vilaseca se han comprometido «durante los próximos cuatro años para tratar de mejorar la calidad de vida» de las personas ciegas y el resto de personas con discapacidad, «tratando de atender sus requerimientos y necesidades».

Según han señalado, la ONCE ha experimentado un aumento de ventas del 5,42% el año pasado en Baleares, lo que, tal como han explicado, «garantiza su nivel de inversión social destinada íntegramente» a «la mejora de la calidad de vida y a ofrecer oportunidades para las personas ciegas y con discapacidad de esta comunidad autónoma».

De hecho, en 2018, un total de 41 personas se incorporaron como nuevos afiliados a la organización en Baleares al perder toda o parte de la visión, y recibieron «un apoyo integral» para intentar cubrir sus necesidades laborales, educativas y culturales, «como ya ocurre con los 1.279 afiliados en la región, siendo 101 estudiantes».

Por otra parte, en materia de empleo, la ONCE realizó 27 contratos indefinidos a vendedores de sus productos de juego, lo que supone un afianzamiento del empleo de calidad y sitúa la plantilla media a finales de 2018 en 546 vendedores, todos ellos personas con discapacidad.