Bolsa de procesionaria en la rama de un pino de Mallorca.

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La Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca está preparando el tratamiento aéreo de casi 6.000 hectáreas de Mallorca para luchar contra la procesionaria del pino (Thaumetopoea pytiocampa).

El Servei de Sanitat Forestal del departamento autonómico, dirigido por Sandra Closa, ha seleccionado casi 6.000 hectáreas de pinares de Mallorca en los que se aplicará la fumigación aérea con el producto biológico Bacillus thuringiensis el próximo mes de octubre, cuando el tratamiento es más efectivo, con orugas muy pequeñas en los árboles que todavía no son urticantes. En Menorca, el tratamiento aéreo se aplicará en más de 2.000 hectáreas. El producto utilizado es el Bacillus thuringiensis porque tiene poca persistencia en las hojas, sólo unos días, y es compatible con la agricultura ecológica y con las abejas.

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Según Sandra Closa, los pinares donde se aplicará el tratamiento aéreo «son los que sufren un grave riesgo para su supervivencia, con varios años de niveles máximos de infestación; los pinares debilitados donde ya pueden actuar insectos perforadores de la madera, cuya acción ya supone la muerte del árbol; y los pinares ubicados en zonas de uso público. Al ser la procesionaria una plaga declarada oficialmente, podríamos decidir el tratamiento aéreo de manera unilateral, pero lo propondremos y consultaremos con los municipios afectados».

Con datos de 2018, el 52 % de los pinares de Mallorca presenta una afectación alta o muy alta, con defoliaciones máximas de los pinos. Closa señala que «la plaga de procesionaria ya está declarada en Mallorca y Menorca desde 2014, y en Formentera desde 2016. En Eivissa no está declarada como plaga, pero el año pasado ya se aplicó un tratamiento aéreo. Debemos acostumbrarnos a convivir con la procesionaria y trabajar para reducir su población en todos sus ciclos mediante las intervenciones silvícolas, la colocación de trampas de feromonas y la instalación de cajas nido para aves insectívoras y cajas refugio para murciélagos, además de los tratamientos aéreos. Tenemos más de 500 cajas nido y otras tantas cajas refugio en todas las Islas que serán revisadas en los próximos años por si hay que limpiarlas, repararlas o cambiar su ubicación. Todas estas medidas son necesarias, pero ya no se puede hablar de erradicación de la procesionaria. No conseguiremos un control total, pero estas medidas ayudan a rebajar la presencia de la procesionaria a unos niveles tolerables».

La jefa del Servei de Sanitat Forestal indica que «cada mariposa de procesionaria pone una media de 300 huevos, por lo que nos encontramos ante una progresión exponencial. A nivel de particulares, la medida más efectiva es cortar la bolsa y quemarla sobre una superficie lisa, no sobre la tierra, pues las orugas escaparían y se esconderían. En verano, lo más efectivo es la colocación de trampas».