El postulador abre la causa de beatificación de fray Francesc Cantarellas

Cantarellas mostró una vida ejemplar de dedicación religiosa, educativa y social, estando al cuidado de la iglesia del Socors y de la atención a sus fieles, colaborando en la labor educativa del colegio San Agustín y desarrollando trabajos asistenciales en el barrio de sa Gerreria.

Sciberras explicó este jueves que «he venido para tratar la posible beatificación de fray Cantarellas con las autoridades de la diócesis e iniciar la recogida de testimonios y documentos. El obispo debe designar un tribunal, formado por sacerdotes y notarios -éstos pueden ser laicos o no-, para la causa. Como postulador general, presentaré al tribunal una lista de testigos mientras una comisión de investigadores, también designados por el obispo y que igualmente pueden ser laicos, estudiará la documentación disponible».

Sciberras añade que «ésta es la fase diocesana de la causa, con la recogida de pruebas y testimonios. Se redacta un acta del proceso, se sella y se traslada a Roma, a la Congregación de las Causas de los Santos. Allí se inicia la fase romana y definitiva de la causa. Como postulador, intervendré hasta el final».

El postulador general recuerda que «para la beatificación, es necesario probar un milagro póstumo del candidato que confirmaría su intercesión. Antes de todo ello, existen dos etapas en las que el candidato pasa a ser considerado siervo de Dios y venerable».

Sciberras comenta que «es imposible saber ahora cuánto puede durar la causa. Ahora mismo tengo 40 causas activas y cada una de ellas tiene su historia, el trabajo de cada tribunal y su propia documentación. Pueden pasar más o menos años, dependiendo de todas esas circunstancias. En cualquier causa, debe pasar un mínimo de 5 años a partir del fallecimiento del candidato. En el caso de fray Cantarellas, han transcurrido 50 años. Es conveniente que no pase mucho tiempo desde la muerte del candidato, pues a su vez pueden fallecer testigos o perderse documentación».

Sciberras tiene 43 años de edad y es postulador general agustiniano desde 2013. Considera que «hay una base para la causa de beatificación de fray Cantarellas si atendemos los hechos y la memoria que dejó. Tras una fase de discernimiento y la lectura de su biografía, estaba claro que había elementos para una posible causa».