Los presidentes de los consejos económicos y sociales (CES) de la Región Occitania, Baleares y Cataluña, Jean-Louis Chauzy, Carles Manera y Lluís Franco, respectivamente, dieron ayer a conocer la declaración conjunta que presentarán a Bruselas. | Laura Becerra

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El Consejo Económico y Social (CES) de Baleares, el Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña y el Consejo Económico, Social y Medioambiental de la Región Occitania (CESER) firmaron este viernes en Palma una declaración común en la que se comprometen a abordar conjuntamente los principales efectos del cambio climático en el Mediterráneo que dañan a las tres regiones y a reclamar medidas de prevención y actuación a Bruselas.

El presidente del CES de Baleares, Carles Manera, aseguró que las entidades comparten la «preocupación esencial» sobre el estado del Mediterráneo y su futuro y llevarán a cabo reuniones técnicas hasta el primer trimestre de 2020, para de este modo aprobar un documento final basado en los conocimientos científicos de las tres zonas y elevar las consideraciones que consideren oportunas a sus respectivos gobiernos y al Parlamento Europeo.

El presidente de la Sección Prospectiva del CESER, Claude Dupuy, fue el más claro a la hora de admitir la imposibilidad de «volver atrás» en los daños ocasionados en el Mediterráneo porque «el cambio climático es un hecho y empeora cada día sin tregua».
«Es cierto que no nos lo hemos creído y ya actuamos demasiado tarde pero lo único que podemos hacer es evitar una catástrofe absoluta», recalcó. «Por eso nos hemos puesto de acuerdo en que abordar la situación del Mediterráneo es urgente».

Dupuy aseguró que la industria turística está en primera línea: «Si desaparecen las playas por la subida del nivel del mar, los turistas no podrán venir. La industria turística está en peligro».

Citó estudios que indican que en 2050 habrá millones de personas que deberán desplazarse de sus territorios no habitables por la subida de temperaturas y que, según el Banco Mundial, en 2030 habrá 140 millones de refugiados en todo el mundo. «Habrá migraciones y muchos problemas que nos afectarán a todos los países del Mediterráneo», explicó el experto.

El presidente del CESER, Jean-Louis Chauzy, indicó que todos los países de la cuenca mediterránea «tienen la obligación de actuar para evitar la contaminación».

Lluís Franco, del CES de Catalunya, puntualizó que todo lo que afecta al medio ambiente «es una preocupación de primer orden y es necesario intentar mejorar la situación y constituir un marco sostenible».

Problema del plástico

Los tres CES abordarán de manera conjunta la contaminación por plásticos y sus efectos en el entorno marino del Mediterráneo, la polución por vertidos, las consecuencias del calentamiento, el agotamiento de los recursos pesqueros, la pérdida de biodiversidad marina y los impactos sobre la actividad económica. Todos ellos colaborarán para combatir estos problemas comunes, propondrán iniciativas de intervención, propiciarán iniciativas de buenas prácticas y facilitarán los informes, estudios e investigaciones realizados conjuntamente para mejorar la situación del Mediterráneo, según la declaración conjunta firmada este viernes en Palma.