¿De qué tratará la ponencia que ofrecerá el lunes?
—Hablaré sobre la anticipación estratégica en el sector del turismo. Es decir, sobre las innovaciones que se dan y cómo afectan a las empresas. Mi ponencia versará sobre cómo somos capaces de leer los cambios estructurales en el entorno que hacen que el modelo de turismo cambie.
¿Puede citar algún ejemplo?
—Pues lo que ha ocurrido con Airbnb. Una compañía que sin una habitación en propiedad compite con el modelo tradicional de alojamiento. Algo similar ocurre con las plataformas Uber y Cabify en el sector del taxi.
En la ponencia usted se refiere a seis tendencias a tener en cuenta...
—Así es. Analizaremos seis tendencias con sus correspondientes macrotendencias. Estos son los cambios demográficos; la economía de la experiencia; el bleisure, que es la combinación de trabajo y placer; la digitalización y la tecnología 4.0; el neoecologismo y la eficiencia en costes.
¿Qué quiere dar a entender poniendo sobre la mesa estas seis tendencias?
—Pues que las innovaciones llegan poco a poco, y casi sin darnos cuenta nos cambian las reglas del juego.
¿A qué se refiere con los cambios demográficos?
—Esta tendencia se refiere a todo lo derivado de aspectos claves del cambio generacional. En estos momentos conviven cinco generaciones, de las que dos son analógicas y el resto tecnológicas. Se trata de un aspecto que no se puede obviar ya que supone grandes cambios e influye de forma directa en los modelos de negocio. Tampoco se pueden obviar los cambios sociales como son el aumento de hogares unipersonales y el empoderamiento de la mujer.
¿Cómo se traducen estos cambios en el sector turístico?
—Pues que cambian las formas de viajar. Es decir, personas que viajan solas, viajes para mujeres, enfocados al colectivo LGTBI, de salud... hay una microsegmentación.
¿Y qué papel juega la tecnología en este cambio generacional?
—Pues que las nuevas generaciones son tecnológicas y los ‘Millennials' y la llamada ‘Generación Z' controlarán el 47 % de la renta disponible en el año 2025. La tecnología forma parte de su proceso de compra de un viaje y les permite personalizar la estancia y reducir esfuerzos, pero también interactuar con el entorno. Cada vez adquiere un papel más importante a la hora de buscar recomendaciones, así como para dar a conocer opiniones.
¿Estos ‘nuevos' viajeros valoran mucho la experiencia?
—Así es. El 78 % de los ‘millennials' elegiría gastar dinero en una experiencia en lugar de comprar algo deseable; y el 83 %, permitiría registrar sus hábitos a cambio de una experiencia mejor y más personalizada. Esta generación entiende que los productos y servicios se consumen, pero las experiencias se recuerdan. Además, son transmisores de estas experiencias a través de las redes sociales. De ahí, las innovaciones para que las experiencias se comuniquen.
¿Cómo cambian los viajes de negocios?
—Pues son estas mismas personas de estas nuevas generaciones que los realizan, por lo que en estos viajes también buscan experiencias exclusivas y alojamientos más personales. Suelen extender estos viajes unos días antes o después de su cita laboral para poder disfrutar a nivel personal.
¿Están las empresas del sector turístico encaminadas a afrontar todos estos cambios de los que usted habla?
—Diría que, en términos generales, están abiertas a estos cambios. Sin embargo, no sé si tienen una visión global de todo, es decir, si tienen una foto completa. Lo que sí hay que hacer es una reflexión de que nos debatimos entre la táctica y la estrategia.
¿A qué se refiere?
—Pues que a la vez que explotan un negocio, los empresarios han de ser capaces de poner en marcha nuevas iniciativas para hacer frente a los nuevos retos. En estos momentos hay que convivir con dos modelos y saber gestionar los dos. De todos modos, el primer paso antes de actuar es visualizar este nuevo escenario que viene y ser consciente de los cambios que se avecinan en el sector turístico.