Martín Szczesniak y Mónica Kalinowska no tiran la toalla en busca de un hogar. Son los padres de Oscar Kapcer, el menor discapacitado, y quienes se quedaron sin casa el mes pasado tras una orden de desahucio del Ajuntament de Palma.
De la mano de Antonio Marí y Nieves Martín, dos activistas vecinales, visitaron este viernes al obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, quien se comprometió a hacer lo posible para encontrarles una alternativa donde vivir ya sea a través de Cáritas o de otras entidades solidarias.
«Estamos emocionados, nos ha dicho que le encantaría conocer a Oscar», explicó su madre quien recordó que es importante para ellos residir en Palma pues su hijo tiene que acudir asiduamente a Son Espases al menos hasta los 22 años.
De momento, «vamos cambiando de vivienda pero tenemos techo y estamos todos juntos», aseguró su padre. Y es que actualmente los tres duermen en una habitación cedida en un piso compartido con miembros de la entidad Stop Desnonaments.
Si bien la conversación mantenida con el obispo Taltavull, que duró más de una hora, resultó esperanzadora porque se mostró «comprensivo y solidario» la cruzada de esta familia no termina aquí. «Queremos ir a hablar con la presidenta Armengol», anunciaron.
7 comentarios
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es muy lamentables que el ayuntamiento ,consell o govern ,no den una solución a esta familia... hablan mucho y no hacen nada...
@animo familia: le suena a usted el concepto de propiedad privada o es comunista y quiere disfrutar de lo ajeno por el morro?
Ni casas sin gente ni gente sin casa. La mitad de los pisos de Palma están vacíos por culpa de los bancos especuladores.
Espero que tengan suerte y puedan encontrar alojamiento cerca de Son Espases. No obstante, me parece una locura querer venir a vivir a Mallorca, teniendo un hijo en esas condiciones de salud.
Estaría muy bien que las viviendas parroquiales como la de Son Roca se dedicaran a casos así.
Cort no come ni deja comer. Ni da pisos ni da opciones, eso sí, la oficina de desahucios bien que está ahí recibiendo buenos dineros.
¿Por qué no les ha ofrecido alojarse en el Palacio Episcopal?... ¡Ah no, que es su casa!