Joan Siquier

Joan Siquier, fotografiado en Palma. | Jaume Morey

Angie Ramón20/02/20 4:01
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Con 15 años, Joan Siquier, de 24 años, tenía claro que quería ser médico. Y su sueño se ha hecho realidad. El mallorquín, que estudió Medicina en la Universidad de Barcelona, ha sacado la octava mejor nota del examen para Médico Interno Residente (MIR) de 2020, una prueba a la que se han presentado 16.176 candidatos de todo el país. «Cuando vi las notas, tardé unos minutos en asimilarlo. Fue una sensación increíble», recuerda Siquier, quien cuenta que su «truco» ha sido «tener una rutina de estudio» desde que entró en la carrera. «Si no haces eso, es difícil sobrellevar el examen», asegura. Siquier ha obtenido una puntuación de 98,2347; el número uno de la lista ha sacado 104,1331.

Desde junio del año pasado hasta, prácticamente, el día antes del examen, el pasado 25 de enero, estudiaba diariamente una media de 10 horas. «Es una época que no deja de ser una carrera de fondo. Medicina, en sí, es una maratón, y cuando llega el momento del MIR, lo importante es trabajar duro pero sin acabar cansado. Aunque seas muy buen estudiante, te juegas todo en un día», dice.

Son Espases

Joan Siquier tiene claro que le gustaría especializarse en cardiología, y su primera opción para hacer la residencia será Son Espases. «Mi plan A es pedir plaza aquí, aunque soy consciente de que es un hospital muy demandado en esta especialización, y solo hay dos plazas». Sobre la cardiología, opina que es una rama que le llama mucho la atención «porque, a nivel fisiopatológico, indaga en el porqué de las enfermedades y hay mucho campo por analizar. Junto a cardiología, la cirugía plástica y la dermatología son las especialidades más solicitadas y las que requieren una nota más elevada.

Aunque ha pasado con creces un examen de cuatro horas y 175 preguntas, espera con ansias ponerse la bata de médico en mayo. De momento, pone la mirada en «disfrutar, viajar y descansar». Comenta que ha visto su sueño «hecho realidad» y reconoce que lo mejor para pasar el MIR es «ser una hormiguita desde el principio hasta el fin».