La UIB fue quien informó a Adrià Roig, estudiante de ADE, de que sus clases en la universidad de Palermo se verían interrumpidas al menos durante una semana por el coronavirus. Acaba de aterrizar en Italia para continuar con su formación hasta final de curso, cuando el gobierno italiano decidió aumentar la prevención y cerrar las escuelas y universidades para tratar de frenar el avance del virus. «Llegué el martes y ayer nos informaron aquí que las clases se suspendían dos semanas. Así que estamos aprovechando estos días para hacer turismo», cuenta.
Como él, otros muchos estudiantes no se plantean de momento regresar a casa. «Vamos a esperar a ver qué pasa en estas semanas, pero aquí la situación está tranquila. No hay psicosis, no faltan productos en los supermercados, ... Hay normalidad», relata este mallorquín, quien sí reconoce que en el aeropuerto se toman más precauciones y al llegar les tomaron la temperatura.
Italia es el país europeo más afectado por el brote de coronavirus. Según detalla Roig, este miércoles se contabilizaban un total de 18 casos en Palermo, donde se encuentra.
niversidades, a través del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación, ha hechos en las últimas horas un nuevo llamamiento a la tranquilidad de los estudiantes que se encuentra disfrutando del programa y recuerda que «corresponde a las organizaciones e individuos participantes en el programa decidir si cancelar o posponer las movilidades previstas en las áreas afectadas».
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