Primer día libre desde que comenzó todo. Mi reloj biológico no distingue. A las seis leo, tomo café. Twitter me paraliza ante una foto de Efe. Ayer contábamos que camiones del Ejército italiano transportaban féretros, decenas de ellos, a otras ciudades porque el crematorio de Bérgamo no da abasto. Imagino el silencio en esas calles, alterado únicamente por el motor de los vehículos militares, y pienso en las familias, en lo doloroso de la situación. Y sin irme tan lejos pienso en nuestros hospitales, en los enfermos aislados, en la falta del calor familiar cuando más necesario es... La vorágine del trabajo evita que me detenga emocionalmente más ahí y sigo. Pero hoy desde la calma vuelvo a ello cuando esa otra imagen, la de los ataúdes en el suelo, uno junto a otro en una fila infinita, me atrapa y me hace pensar en la fragilidad de todo y en cómo esta pandemia nos dejará marcados a todos. De una u otra manera.
Pandemia de coronavirus
Diario de mi confinamiento en casa: Imágenes
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2 comentarios
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¡Muchos ánimos! Saldremos de esta. Mira los chinos que prácticamente no tienen contagios. No hemos de bajar la guardia. La pandemia nos une a todos en la desgracia, y no es la única catástrofe: el cambio climático, la crisis energética (que vendrá), la contaminación; son problemas que no entienden de razas ni países. Ojalá aprendamos a cooperar contra estos "enemigos comunes" en vez de gastar dinero y energías en matarnos entre nosotros.
Aqui en Mallorca , mucha gente cree que es una broma , ya veremos que opinan cuando tengan algun conocido o familiar fallecido por el virus.