Imagen de un trabajador colocando una mampara a un cliente. | Alejandro Sepúlveda

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Unas mamparas de metacrilato se han convertido en aliadas de farmacias, estancos y el hospital Son Espases de Palma para combatir el avance del coronavirus. Las fabrican en una nave industrial situada en la calle Teixidors del polígono de Marratxí. El Grupo Cid, de impresión digital, ha paralizado prácticamente todos los pedidos para diseñar y producir este producto. «No paran de entrar llamadas», dijo Carlos Espinosa, gerente de la empresa Caes Telecom, el miércoles pasado tras finalizar una nueva tanda de pantallas. Ya han instalado más de 1.000 en numerosos establecimientos de Mallorca.

«La gente puede hablar con el estanquero o con el farmacéutico con tranquilidad y comprar con seguridad», cuenta Rubén Castro, que ha dejado apartados sus encargos como herrero para ayudar en el montaje de los escudos antivirus. Un equipo formado por Caes, Cid y Grupo Aguilar trabajan en esta guerra contra la pandemia.

Las jornadas laborales estos últimos días son eternas. Biel Picornell, Rubén Castro, Sergio Sampedro, Eduardo Serrano y Carlos Espinosa diseñan y producen las mamparas sin descanso para después transportarlas hasta los locales que las demandan, como el estanco de Es Figueral o la farmacia Gómez Solivellas, en Marratxí. Otro establecimiento que ha optado por este producto es la farmacia Fornés de Palma, fundada en el año 1888, que ya va por la quinta generación de farmacéuticos. «No dudé en poner las mamparas por seguridad», afirma el titular del local, Pedro Fornés.

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«La idea de fabricar mamparas de metacrilato nace para evitar que el personal que está cara al público tenga el mínimo contacto con los clientes. Hemos estado toda la semana trabajando día y noche para poder suministrar todos los pedidos. Las primeras instalaciones tuvieron lugar en farmacias. Ahora mismo ya están en estancos, gasolineras y clínicas veterinarias. Hemos fabricado más de 1.000 unidades».

Una fresadora de grandes dimensiones da forma a las pantallas protectoras que luego instalan en los mostradores. «La gente tiene miedo del virus y nos las encarga», comenta Biel Picornell, que en solo dos días ya hizo 200 mamparas en su taller de rotulación y hierro. «Hemos puesto un precio asequible para ayudar a los comercios».

El lunes que viene sale un pedido de 40 escudos anticoronavirus hacia Eivissa y, próximamente, suministrarán también a supermercados. «Es superfácil de montar e higiénica, que era lo principal. Es tan transparente que parece que no hay nada», concluye Carlos Espinosa.