Martí March, en su despacho de la Conselleria d'Educació. | Joan Torres

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El conseller de Educación, Universidad e Investigación, Martí March, ha dejado claro este miércoles que «el curso escolar no se ha acabado y no se ha paralizado», sino que se está produciendo su «adaptación a las actuales circunstancias» motivadas por el estado de alarma para hacer frente al coronavirus.

«Ahora terminará la segunda evaluación y comenzará la tercera con unas orientaciones específicas» para los profesiones y el alumnado, ha señalado March en rueda de prensa telemática tras reunirse con el resto de consellers de Educación del Estado.

March ha informado que la prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) se celebrará en Baleares entre el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria y antes del 10 de septiembre en convocatoria extraordinaria.

Así lo han acordado el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), el Ministerio de Universidades y las comunidades autónomas con ocasión de una reunión telemática que han mantenido. March ha destacado la coordinación entre la Conselleria y la Universitat de les Illes Balears (UIB).

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El conseller ha resaltado también la «unanimidad» que existe entre el Gobierno y las comunidades autónomas para que los estudiantes no se vean perjudicados ante la crisis del coronavirus. También ha advertido que si se prolongara el actual estado de alarma, se tendrían que llevar a cabo cambios en el calendario escolar.

El Govern balear empleará «todos los mecanismos» para que «ningún alumno quede atrás» y, para ello, estudia poner en marcha un plan de refuerzo educativo que se impartiría en verano o en septiembre, al inicio del próximo curso.

Sobre las oposiciones educativas, March ha recordado que el Govern ya las había convocado y ya se han presentado 3.600 candidatos. La postura de la Conselleria es mantenerlas, pero antes el conseller quiere reunirse con los sindicatos para lograr la respuesta más adecuada y coordinada.

Además, March se ha referido a las quejas de padres de Baleares por el exceso de tareas estos días de confinamiento en casa, un fenómenos que se está produciendo en todo el Estado, ha apostillado.

«Entre todos tenemos que mejorar las cosas; estamos en una situación nueva y debemos ser flexibles, consolidar aprendizajes y mantener hábitos de trabajo y rutina», ha defendido el conseller, que ha añadido que «la escuela no puede ser sustituida» en ningún caso.