Se ponen los trajes de ‘astronauta' tan rápido como si fuese el pijama. Han perdido la cuenta de las veces que han tenido que introducirse en los Equipos de Protección Individual (EPI). Son, en la actualidad, los 20 técnicos de emergencias sanitarias de Ambuibérica en Baleares, la empresa de transporte sanitario que da servicio a las clínicas y centros privados.
Como muchas compañías, su sector se ha visto afectado por la situación actual. «Hemos reducido los servicios casi un 70 % por el cierre de otros centros», asegura el director de zona, Diego Paniagua. Sin embargo, eso no ha impedido estar al ‘pie del cañón' en tiempos de pandemia.
Rutina
Ambuibérica cuenta con una flota de 25 vehículos. Los técnicos desplazan a pacientes de todo tipo, aunque la escena más común es la de afectados, o posibles afectados, por el coronavirus. Según apunta Paniagua, los trabajadores trasladan una media de cinco positivos diarios.
Los turnos de trabajo se los reparten los profesionales que actualmente dan cobertura a las Islas. Para evitar aglomeraciones, cada técnico se lleva la ambulancia a su casa. Ante esta situación anómala, se han regularizado los horarios. «Ahora las jornadas son de ocho horas». Paniagua comenta que la persona se tiene que adaptar a las circunstancias.
Una de las normas que mantienen a rajatabla es la limpieza de estos vehículos. «Con el EPI puesto, el trabajador desinfecta la ambulancia y luego el compañero que se encuentre en la Base le ayuda a quitarse el traje. Esto se repite siempre que movilizamos a posibles positivos o contagiados», explica Diego Paniagua.
Los días son inciertos para todos ellos, cuenta, aunque «cada vez hay menos infectados y más recuperados». Sin embargo, añade el director, «un día nos podemos encontrar con diez urgencias y otro con ninguna». Ante todo, este servicio no deja de circular. Trabajan en consonancia con las compañías privadas.
La empresa Ambuibérica ha hecho malabares para no llegar a un ERTE. Una de los escenarios que han planteado, para que estos profesionales mantuviesen su jornada intacta, es la de prestar servicio a la Península. Un equipo de cuatro técnicos de emergencias sanitarias ubicados en la Isla viajó, de forma voluntaria, hasta Valladolid a finales de marzo para trabajar con un hospital de campaña de la región, «muy castigada por la COVID-19».
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Una vez mas algunos han descubierto a colectivos que están currando siempre, con pandemia o sin ella y una vez más les recuerdo que el resto del año agradeceran igualmente las muesyras de reconocimiento a su labor.