Vicenç Thomàs. president del Parlament, está muy molesto con algunos diputados. | Pere Bota

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La derrota sufrida por el Govern en el Parlament y que le obliga a tramitar como ley el decreto de medidas económicas puede traer consigo más dolores de cabeza al Govern balear, que ahora deberá negociar de nuevo todas las propuestas que recoge el texto. La complicación es que algunas de las medidas que no gustan a los partidos de izquierdas deberán negociarse con los partidos de centro derecha y es aquí donde aparece Més.

Los ecosoberanistas ya han advertido al PSIB de que, si intenta abrir una negociación unidireccional con el PI, Cs e incluso el PP –con Vox dan por hecho que no lo hará–, ellos mismos se reservan el derecho de presentar enmiendas al texto para aquellos artículos más controvertidos y que más incomodan a esta formación.

Mejor decreto

Para Més y Podemos, la mejor solución política era que el texto se aprobara ayer en el Parlament y que no fuera necesario su tramitación como ley. Esta circunstancia les obligará a posicionarse durante la tramitación parlamentaria –ponencia, comisión y pleno– en relación a cuestiones tan incómodas como la posibilidad que ampliación de hoteles del 10 por ciento que permite ahora la ley al 15 por ciento que autoriza el nuevo decreto.
Més y Podemos reconocieron en el pleno que están incómodos en este debate y, según como vayan las negociaciones, en estos momentos está todo abierto.

El revés sufrido por la izquierda hace que el Govern ya se prepare para una dura negociación porque hay temor a que la aceptación de enmiendas a uno y otro lado terminen convirtiendo el texto en una nueva ‘ley Frankenstein'. Més per Menorca ya ha dicho que esa posibilidad no se dará si el PSIB elige a la izquierda como socio preferente y alerta de que Armengol no podrá pactar a la vez con la derecha y con la izquierda.

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El PP aseguró este miércoles que la votación en el Parlament, con la pérdida de la mayoría por parte de la izquierda, muestra la debilidad del Govern de Armengol. GOB y ARCA, por su parte, consideraron que la tramitación del texto abre la posibilidad de introducir mejoras.

La sesión plenaria dejó más heridas abiertas ya que el president del Parlament, Vicenç Thomàs, llegó a decir que se iba si se autorizaba la votación de los tres diputados que emitieron tarde su voto telemático y se presentaron en el pleno para votar en persona.
El malestar del president de la Cámara venía del hecho de que tres diputados se saltaran el pacto unánime para facilitar la labor parlamentaria durante estos meses.

La indisciplina ya ha tenido consecuencias y la Mesa del Parlament acordó este miércoles que, a partir de ahora, el aforo de los plenos pasará de 13 a 30 diputados y, en cuanto acabe el estado de alarma, el próximo día 21, volverán en su formato habitual. Además, ayer se suspendió la Junta de Portavoces que debía fijar el pleno del martes.

La misma situación con el decreto de suelo rústico

El siguiente examen parlamentario que debe pasar el Govern también tiene que ver con un decreto ley, el de medidas de protección del suelo rústico. El Govern puede encontrarse en la misma situación ya que, pese a que Més per Menorca está de acuerdo con la filosofía del proyecto, la protección del suelo rústico, no comparte que las medidas de protección no se apliquen en Ibiza.

Es decir, cuando el decreto llegue al Parlament, hay muchas opciones de que se convalide, porque cuenta con los votos de la izquierda, pero también es muy probable que termine tramitándose como proyecto de ley. El partido menorquín ya ha anunciado que su voluntad es poder presentar enmiendas para cambiar algunos aspectos que no le gustan.