Més per Menorca apoyó la investidura de Francina Armengol, pero no se sumó a los Acords de Bellver. | Teresa Ayuga

TW
4

Los grupos parlamentarios del PSIB, Unidas Podemos y Més per Mallorca quieren pactar la tramitación como proyecto de ley del decreto de reactivación económica (el 8/2020, el que permite ampliar hasta un 15 por ciento la superficie de los hoteles) con Més per Menorca. Así lo aseguraron este viernes en un comunicado conjunto donde se comprometen a impulsar un calendario de reuniones con los ecosoberanistas menorquines con el objetivo de «trabajar consensos».

Unidas Podemos ya se había manifestado por boca de su secretario de organización, Alejandro Fernández, en este sentido, tal y como avanzó este periódico en su edición de ayer. La novedad es que el resto de partidos que apoyan al Govern (Més per Mallorca y, sobre todo, el PSIB) han asumido la reflexión y el posicionamiento de los ‘morados'.

Así, en un comunicado emitido ayer, las tres formaciones se comprometen a incrementar sus esfuerzos para que el decreto ley de reactivación económica salga aprobado «con el máximo consenso posible» y para que sea un instrumento útil para la ciudadanía. En este sentido, añaden, se priorizará «el acuerdo entre las fuerzas progresistas y de izquierdas», es decir, se buscará alcanzar un acuerdo con Més per Menorca.

Inicialmente, el Govern pactó la convalidación parlamentaria de la polémica norma con el PI, que alabó algunas de las medidas contenidas en el decreto ley al mismo tiempo que los ecosoberanistas menorquines las cuestionaban.

Asimismo, Podemos quiere llegar a un acuerdo con el diputado de IU Pablo Jímenez para esta vez vote a favor de la aprobación de la norma.

La «cura de humildad» que señaló Castells

El voto en contra del diputado Pablo Jiménez (IU) y de los de Més per Menorca en el pleno en que debía desestimarse la tramitación como proyecto de ley del decreto supusieron un duro revés para el Govern.

Entonces, Josep Castells, electo por Més per Menorca, señaló que el Ejecutivo se había sometido a una «cura de humildad» y advirtió que «si no se nos respeta, no nos sentimos comprometidos», en referencia a que la norma llegó al Parlament sin los apoyos necesarios para su aprobación.