Isabel Maldonado empezó su andadura en el sector de la alta peletería aprendiendo de los mejores maestros artesanos de Mallorca.

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La crisis económica que ha generado la COVID-19 se está llevando por delante tiendas y comercios tradicionales de toda la vida en el Casc Antic de Palma. La peletería más antigua que quedaba operativa, Peletería Marqués, se ha visto obligada a cerrar por la caída de la demanda y la falta de ventas propiciada por la nula actividad comercial desde el pasado mes de marzo.

La propietaria de la tienda Isabel Maldonado explicaba este miércoles: «La crisis vírica vino en el peor momento, como es el final del invierno y el principio de la primera. Son los meses de más actividad comercial y el estado de alarma y el cierre de la tienda en marzo, abril, mayo y junio, se puede decir, que ha sido la puntilla».

Isabel Maldonado empezó su andadura en el sector de la alta peletería aprendiendo de los mejores maestros artesanos de Mallorca «de los cuales conocí todas las técnicas artesanales para la confección de pieles».

Empezó a trabajar con 17 años en la tienda, que cuenta con más de 50 años de historia, pero fue hace 15 años cuando tomó la decisión de comprarla a sus antiguos propietarios: «Fue una decisión valiente, pero siempre me ha gustado la alta peletería y consideré oportuno meterme en el negocio, más aún cuando los antiguos propietarios querían desprenderse de ella. Lo invertí todo en esta operación y no me arrepiento porque hacía lo que realmente me gustaba».

Añade que es «una pena que por la actual crisis desaparezcan tiendas de toda la vida en el centro de Palma»,

Al ser una tienda especializada en pieles ha tenido algún que otro altercado con los animalistas en los últimos años. Maldonado puntualiza: «Todas las pieles que comercializo provienen de animales de granja, de acuerdo con todas las normativas vigentes, evitando en cualquier caso la producción con pieles de animales en peligro de extinción. Todas las pieles cuentan con el certificado de CITES».

Apunta que «me voy con pena», pero reconoce que la competencia de las grandes superficies, el descenso de la demanda de pieles de alta gama y las altas temperaturas de Palma «han ido mermando el negocio de forma progresiva, pero el parón de estos largos meses ha sido inviable superarlo». El material que queda lo venderá por internet y «me llevo algunas cosas a casa para trabajar» y afirma que tendrá a la tienda «siempre en el corazón».