Si la última vez doce parejas de gaviotas escogieron este punto para reproducirse, esta temporada han sido 184, según el Servicio de Protección de Especies, una dispersión de la ave protegida que se ha producido en toda la superficie de este emblemático islote, con mucha historia y valor paisajístico y patrimonial.
Nada más detectarse la presencia de la colonia, la Conselleria de Medi Ambient junto con el GOB inició una campaña de vigilancia con una cincuentena de voluntarios con el fin de evitar molestias durante los primeros meses de desarrollo de los ejemplares recién nacidos.
El objetivo del dispositivo ha sido evitar el desembarco por parte de los usuarios de embarcaciones y bañistas que pudieran llegar desde las playas cercanas, atendiendo al hecho de que Na Guardis se localiza a unas pocas decenas de metros del puerto colonier.
Además, se han instalado carteles indicando la existencia de fauna vulnerable y prohibiendo el paso.
En el dispositivo de vigilancia han participado 48 voluntarios que durante cinco semanas han velado por la viabilidad de los pollos en turnos de mañana y tarde. En total, han intervenido en 91 ocasiones y han informado a 195 personas de la imposibilidad de desembarcar en el islote, conocido desde la Antigüedad y utilizado por los fenicios como punto de avituallamiento y comercio con la población aborigen local.
Para la labor conservacionista han contado con dos piraguas aportadas por el Parque Nacional de Cabrera, mediante las que se han desplazado hasta el islote cuando ha sido necesario intervenir. El dispositivo de vigilancia ha contado con la colaboración del IBANAT, Ports de Balears y la Policía de ses Salines.
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La mala noticia sería que su retorno se debiera al aumento de residuos humanos en la zona.