¿Da la impresión que es una lucha de David contra Goliat, las grandes multinacionales del sector?
— Ago así, pero también tenemos mucho que ganar si salimos fuera. Con la liberalización del mercado energético, las grandes empresas llegaron a Mallorca; ahora para nosotros, el mercado potencial también lo tenemos fuera de Sóller; somos gente seria y competente.
¿La de U Energia es una aventura, un divertimento empresarial?
— Somos conscientes de nuestras limitaciones, pero nuestra estrategia de expansión no es un divertimento; debemos responder ante nuestros accionistas y, por tanto, debemos hacerlo bien. Somos una empresa cien por cien mallorquina. Nosotros no queremos ser una low cost del sector, pero somos los unicos que podemos ofrecer un producto diferenciado a nuestros clientes.
¿Un producto local?
— Es cierto que en el sector eléctrico es difícil de explicar, pero la empresa y todos sus trabajadores son de aquí; intentamos no perder la esencia de una empresa familiar.
Ofrecen energía eléctrica, telefonía móvil e internet, ¿cómo les va?
— En U Energia estamos en expansión, queremos crecer y conquistar Mallorca. En Sóller tenemos el 90 % del mercado y ya disponemos de alrededor de 10.000 abonados en el resto de la Isla. El índice de penetración todavía es bajo (la totalidad serían alrededor de 700.000 abonados), nuestro objetivo es llegar al 10 o 15% del total. El balance es positivo teniendo en cuenta que hemos empezado este año, tampoco nos interesa crecer de manera desordenada.
¿Temen una crisis de crecimiento?
— La empresa está saneada y si no alcanzamos los objetivos tampoco pasará nada, pero estoy seguro de que lo vamos a conseguir.
¿Una compañía eléctrica que además ofrece telefonía y fibra?
— Este tipo de servicios es lo que nos diferencia de resto de empresas del sector, somos pocos lo que lo podemos ofrecer un paquete de estas características y en Mallorca de manera exclusiva. Este es nuestro modo de ser competitivos y, además, todos nuestros contratos son sin imponer ninguna cláusula de permanencia.
Se promociona mucho la energía verde. ¿Es factible?
— Con el tiempo la tecnología será cada vez más eficiente, el futuro está en la energía solar. En el caso de Mallorca considero que no estamos haciendo los deberes puesto que el precio del suelo es muy alto y hace que el precio final de la energía no sea competitivo. Desde mi punto de vista el porvenir está en la microgeneración, aunque todavía no se ha resuelto el problema del almacenaje energético cuando no hace sol. En este sentido considero que el modelo noruego es el más adecuado para Balears, lo cual significa estar bien conectado por cable con la Península para tener la máxima eficiencia del sistema sin que ello sea incompatible con la autoproducción.
¿Que cada uno genere su propia electricidad?
— Yo mismo estoy poniendo placas solares en mi casa. No sé cuándo tendré amortizada la instalación, pero seguro que al final me resultará rentable. Creo que se trata de un tema de conciencia en favor de la sostenibilidad.
Disculpe, pero ¿esto no significa ir en contra de su negocio?
— Por una parte sí, pero también se potencian otros servicios, como sería el de la instalación de las placas. Mire, no todo es vender kilovatios hora, se trata de una evolución en el modelo de negocio.
Percibo una apuesta por lo ecológico ...
— La conciencia ciudadana en esta misma línea va en aumento y los precios son cada vez más competitivos. Además, la legislación está cada vez más encaminada hacia estos temas.
¿El futuro es eléctrico?
— Sin duda, también está la propuesta del hidrógeno; aunque es una pequeña bomba. Creo que ambas serán complementarias. El coche eléctrico es un ejemplo, ya hay 400 puntos de recarga en Mallorca.
¿Qué ventajas tiene ser una empresa pequeña como U Energia?
— La atención personalizada, es uno de nuestros puntos fuertes junto con la confianza de los clientes. Contactar con las grandes empresas es una odisea y nosotros no queremos para nuestros abonados lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros.
¿Qué queda de los orígenes, de la Eléctrica Sollerense?
— La experiencia, a pesar del evidente cambio generacional. De nuestros predecesores hemos aprendido que tenemos que hacer bien las cosas para poder aguantar tanto tiempo. También que hay que cuidar a los clientes. Seguimos siendo una empresa de Sóller, la mitad de nuestros empleados es de la Vall; ellos son nuestro principal activo.
¿Cómo un químico llega a presidir una compañia eléctrica?
— Mi familia es uno de los principales accionistas y ya hace veinte años que he ocupado diferentes cargos en la misma. Ya se dice que los químicos servimos para todo, al fin y a la postre la vida es química. De todos modos mi principal actividad sigue siendo la docencia.
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